Llenó toda la casa
“Ahora nos usa para difundir el conocimiento de Cristo por todas partes como un fragante perfume. Nuestras vidas son la fragancia de Cristo que sube hasta Dios” (2 Cor. 2:14, 15, NTV).
Uno de los perfumes más caros del mundo es Imperial Majesty (Majestad imperial), de la firma Clive Christian. La fragancia es, ciento por ciento, aceite de perfume puro. Viene en una botella de cristal de Baccarat, con cuello de oro y un diamante de cinco quilates incrustado. Una botella de esta edición limitada (solo existen diez botellas en el mundo), cuesta cerca de 215.000 dólares estadounidenses. ¡Es un lujo extravagante! Si María viviese hoy, probablemente compraría esta fragancia para ungir a Jesús. La Biblia dice que ella tomó un frasco de casi medio litro de perfume de nardo puro, que costaba el salario de un año, y lo derramó sobre los pies de Jesús. Entonces, “la casa se llenó de la fragancia del perfume” (Juan 12:3, NTV).
Esa cena en Betania era una celebración por la resurrección de Lázaro. María sentía una gratitud tal, que ya no podía contenerla. ¡Su corazón tenía más perfume que aquella botella de alabastro! Ella había permanecido tanto tiempo en presencia del Amor encarnado, que se le había impregnado su aroma. Este extravagante acto de adoración fue la respuesta natural de un corazón desbordante. Nota el orden de los hechos: 1) María permanece en la presencia de Jesús y se le “pega” el perfume del Amor; 2) el corazón de María desborda y ella unge los pies de Jesús con un costoso perfume; 3) la casa entera se llena de perfume. ¡Y no solo esa casa! El nardo del perfume de María sigue perfumando las páginas de cada Biblia; su fragancia sigue embelleciendo el relato del Evangelio hasta el día de hoy.
Si permanecemos en Jesús, nuestras vidas transmitirán un perfume que inundará cada acción, cada palabra… ¡toda la casa! Por muchos Judas que nos critiquen y enemigos que murmuren, nadie podrá negar o detener el impacto de esa fragancia.
Señor, quiero permanecer en ti hasta que mi corazón desborde de tu amor. Quiero que la dulzura de tu presencia y la fragancia de tu amor inunden toda la casa.
Amen, que tu dulzura este en mi. Amén