¿Qué representaba la nube y la columna de fuego en Éxodo?
“De día, el Señor los acompañaba en una columna de nube, para señalarles el camino; y de noche, en una columna de fuego, para alumbrarlos. Así pudieron viajar día y noche” (Éxodo 13:21).
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- La presencia de Moisés.
- La presencia de Dios.
- La presencia del sumo sacerdote.
¿Has visto alguna vez una nube grande?
Las nubes son impresionantes, ¿verdad? Se mueven con el viento y cambian de forma. A veces parecen algodones flotando en el cielo.
Cuando los israelitas salieron de Egipto, junto al mar Rojo, se quedaron impresionados al ver que una gran nube, diferente a todas las que habían visto antes, los acompañaba mientras caminaban.
Esa gran nube era muy especial. Dios quería mostrarles que estaba ahí con ellos. A través de esa nube los guiaba por el camino que debían seguir y los protegía del deslumbrante sol del desierto. Y cuando se hacía de noche la nube se convertía en una columna de fuego, para que pudieran caminar y no tener miedo de la oscuridad.
Siempre que Dios quería hablar con Moisés, la nube se colocaba encima del tabernáculo. Cuando la nube se levantaba y se movía, el pueblo sabía que tenía que levantar el campamento y comenzar a caminar de nuevo.
¡Qué bueno es Dios! Él sabía que en el desierto hacía calor, por eso les daba su sombra con la nube. Y también sabía que por la noche hacía frío y estaba oscuro, por eso les daba su luz y calor con la columna de fuego.
Dios siempre suple tus necesidades y te ayuda a sentirte bien. Incluso cuando pasas por algún desierto en tu vida y tienes algún problema él siempre te acompaña. Aunque no veas su nube, él siempre está ahí, porque te ama tanto que siempre estará a tu lado.
Dibuja una nube y una columna de fuego, en tu Diario de Oración, y pídele a Jesús que te acompañe de día y de noche.