Dios busca a sus ovejas
«Yo, el Señor, digo: Yo mismo voy a encargarme del cuidado de mi rebaño». Ezequiel 34: 11
Era una familia sincera y muy espiritual. Él se desempeñaba como anciano y se había convertido en la mano derecha del pastor. Ella era la directora de la Sociedad de Damas y, por eso, contaba con una constante red de amigos en la iglesia. Junto con sus dos hijos se habían convertido en serios estudiosos de la Palabra. Aunque llevaban una satisfactoria vida espiritual, a medida que se dedicaban a la investigación bíblica, comenzaba a crecer en ellos una gran insatisfacción con la doctrina de su iglesia. Por eso, oraban como pareja para que Dios los guiara hacia toda la verdad.
Una noche, cuando se dirigían a la iglesia tomaron un camino equivocado. Cuando retomaron la ruta, observaron a un grupo de personas que hacían fila para entrar a un templo. Se acercaron y, al llegar a la puerta, alguien les dio la bienvenida y les entregó un volante. Aquella noche iniciaba una serie de reuniones en la Iglesia Adventista de la ciudad. Un experto en las profecías de Daniel y Apocalipsis estaría ofreciendo un seminario en el lugar durante quince días.
Ellos eran fieles estudiosos de estos dos libros de las Sagradas Escrituras e interpretaron que aquella era la respuesta a sus oraciones. Desistieron de ir a su reunión y se quedaron para escuchar la exposición de aquella noche. Estaban fascinados con la exposición del capítulo 2 del libro de Daniel. Cuando en su congregación se percataron de lo que estaba ocurriendo, le informaron al pastor, y este, junto a un grupo de ancianos, los visitaron para hacerlos desistir de su disposición de asistir a la Iglesia Adventista, pero ellos se mantuvieron firmes en su propósito. Entonces vino una censura por parte de la iglesia y una amenaza de separación, pero nada de eso los atemorizaba. Sencillamente se sentían encantados con lo que estaban aprendiendo.
Cada noche encontraban respuestas a muchos interrogantes que habían guardado por años. A la mitad de las conferencias estaban plenamente convencidos de haber encontrado la verdad. Hicieron una reunión familiar y, después de orar, tomaron la decisión de unirse a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. @Dios tiene hijos fieles en todas partes y antes de la Segunda Venida él reunirá a sus fieles en un solo pueblo y habrá «un solo rebaño con un solo pastor» (Juan 10: 16).