Viernes 23 de Septiembre de 2022 | Matutina para Jóvenes | Un símbolo de salvación

Un símbolo de salvación

«Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna». Juan 3: 14, 15

Él pasaba todos los días por la misma calle para dirigirse al sitio acordado por los miembros de su pandilla para reunirse y planear los asaltos, los robos y todas sus fechorías. Era una calle sola y también servía como un corredor de escape en situaciones de peligro. En una ocasión, cuando caminaba con varios de los pandilleros notaron que en un costado de la calle, en uno de los sectores más concurridos, estaban construyendo algo que ellos no lograron identificar a primera vista. Se detuvieron varias veces frente al lugar para tratar de adivinar qué funcionaría en aquel lugar. Una vez llegaron a la conclusión de que allí estaban construyendo una bodega para la fábrica de cerveza más famosa de la ciudad.

Pensaron que sería una buena opción para robar. Muchos meses después, el líder del grupo de delincuentes corría por aquella calle, huyendo de sus enemigos que lo buscaban para asesinarlo.

Miraba hacia todos lados buscando una puerta abierta para refugiarse. En la oscuridad de la noche, cuando prácticamente estaba perdido, escuchó un fuerte y extraño ruido, como el de una bandera cuando es agitada fuertemente por la brisa. Miró hacia arriba y pudo ver un pasacalle donde leyó: Maranata, Cristo viene pronto, prepárate. También vio una flecha señalando hacia la derecha. Vio una puerta abierta. Era su salvación. Entró corriendo. Aquel era un templo adventista.

Aquella noche escuchó por primera vez hablar del amor de Dios y de la salvación. Asistió todas las noches y, al final, entregó su vida a Jesús.

¿Te has fijado que a Dios le gusta colocar señales visibles que nos indiquen su deseo de salvarnos? Aquel letrero que el delincuente contempló me recuerda la vara de Moisés, que cada vez que se levantaba ocurría un milagro de liberación. Aquella vara envió plagas sobre Egipto, dividió el mar Rojo y sacó agua de la roca. También, cuando en el desierto las serpientes estaban causando estragos en el pueblo, Dios mandó a Moisés a que levantara una serpiente de bronce para que el pueblo agonizante mirara hacia ella y sanara.

Hoy, la cruz de Cristo es ese símbolo de salvación y liberación del pecado. Por eso, el Señor Jesús dijo: «Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo» (Juan 12: 32). Hoy @Jesús te dice: «Vengan a mí, que yo los salvaré, pues yo soy Dios, y no hay otro» (Isaías 45: 22).

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