Viernes 24 de Junio de 2022 | Matutina para Adolescentes | Los primeros europeos en norteamérica

Los primeros europeos en norteamérica

“Y sus descendientes tomaron posesión de esas tierras; […] vencierona los cananeos y a sus reyes…” (Nehemías 9:24, RVC).

¿Quiénes fueron los primeros europeos en pisar América del Norte? El 24 de junio de 1597, los primeros exploradores europeos desde la época de los vikingos llegaron a Norteamérica. El rey Enrique VII de Inglaterra envió a John Cabot y a su tripulación a cruzar el Atlántico en busca de una ruta comercial de especias. Su objetivo eran Asia y las Indias Orientales, pero no sabían que, primero, debían atravesar un continente enorme y salvaje. Cabot llegó a la costa de Terranova (Canadá) o, posi­blemen­te, de Maine (Estados Unidos), y lo que encontró lo maravilló. Era una tierra salvaje e indómita, con pocos habitantes y ¡libre para ser tomada! Después de plantar la bandera inglesa, él y sus hombres recorrieron los bosques para explorar los alrededores del lugar de desembarco.

Pero no eran los primeros en llegar desde una tierra extranjera. Muchos pueblos habían ido y venido, y hay pruebas para contarlo. Los vikingos llegaron a Nor­tea­mé­ri­ca en torno al año 1000 d.C., y dejaron sus cabañas, armas y altares para demostrar que habían estado aquí. Uno de ellos, Leif Ericson, quedó asombrado por la riqueza del continente e informó que había visto abundante fauna, como pavos salvajes y ciervos de cola blanca. Pero hubo otros incluso antes que ellos. Los pueblos antiguos llegaron hace unos 2.500 años desde lugares como Egipto y Fenicia. La escritura en las paredes de los acantilados a lo largo del valle del río Misisipi es prueba suficiente, y las minas de cobre que abandonaron demuestran que procedían de una cultura bien desarrollada y sofisticada. Entonces, ¿quiénes fueron los primeros en pisar tierra firme en Norteamérica? No lo sabemos. Tal vez los hijos o nietos de Noé llegaron durante los días posteriores al Diluvio, cuando exploraban las nuevas formas de la Tierra.

El antiguo Israel se enfrentó a los desafíos de una nueva tierra cuando entró en Canaán, al igual que Cabot y sus hombres cuando desembarcaron en la costa oriental. Las tribus israelitas estaban entusiasmadas, pero también tenían miedo.

Habían oído historias de gigantes en la tierra, y les aterraba solo pensar en tener que luchar contra esos monstruos. Pero Dios había prometido estar con ellos, expulsar al enemigo con avispas, leones salvajes y violentas tormentas de granizo. Incluso el sol fue una herramienta de liberación en manos de Dios, cuando permaneció inmóvil en el valle de Ajalón durante más de 24 horas. ¡A qué Dios servimos!

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