“Pagada completamente”
“Hermanos, quiero que sepan que les estamos anunciando el perdón de sus pecados por medio de Jesús” (Hechos 13:38, RVC).
Fue en su primera visita a Jerusalén, en ocasión de la Pascua, cuando Jesús dio evidencias de entender cuál era el propósito de su nacimiento en nuestro mundo.
Dice el relato bíblico que, una vez terminada la fiesta, José y María emprendieron el viaje de regreso a casa, sin darse cuenta de que Jesús se había quedado en Jerusalén. Después de tres días de angustiosa búsqueda, cuando finalmente lo encontraron, su madre le preguntó: “ ‘Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?’ […]. Él les respondió: ‘¿Y por qué me buscaban? ¿Acaso no sabían que es necesario que me ocupe de los negocios de mi Padre’?” (Luc. 2:48, 49, RVC).
Con esta respuesta, Jesús por primera vez indicó que tenía una misión especial que cumplir. Y una vez que comprendió la naturaleza de esa misión, nunca la perdió de vista. Por ello pudo decir al principio de su ministerio: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra” (Juan 4:34). Y antes de expirar su último aliento, mientras pendía de la Cruz, exclamó: “Consumado es” (Juan 19:30).
¿Qué quiso decir con las palabras “Consumado es”? Que “Cristo no entregó su vida hasta que hubo cumplido la obra que había venido a hacer” (El Deseado de todas las gentes, p. 706). En este sentido, la expresión “Consumado es” (gr. tetelestai) hace referencia no a un hombre acabado, que ha llegado al fin de sus fuerzas, sino habla de una obra terminada.
Según Warren W. Wiersbe, tetelestai era una palabra de uso común en tiempos de Jesús. La usaban los siervos cuando completaban una tarea; y los artistas, cuando terminaban sus obras. También los sacerdotes griegos la utilizaban cuando los adoradores traían al Templo una víctima para el sacrificio. Si el animal cumplía los requisitos, el sacerdote decía tetelestai (“Es perfecto”). Y cuando una persona completaba el pago de una compra a plazos, el vendedor extendía un recibo con la palabra tetelestai: “Pagada completamente” (The Cross of Jesus: What His Words from Calvary Mean for Us, p. 105).
¿Qué es lo que estamos diciendo? Que es posible el perdón de nuestros pecados, gracias al sacrificio que nuestro Señor completó en la Cruz; porque al derramar su preciosa sangre, Jesús pagó completamente nuestra deuda de pecado, y nos dio una nueva oportunidad.
Dicho de otra manera: ¡Ya no estamos sujetos a servidumbre! ¡Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia!
Gracias, Jesucristo, por haber cancelado mi deuda de pecado. Hoy quiero hacer uso de la libertad que me has devuelto para aceptarte como mi Señor y Salvador.
Gracias queridos Hnos
Por sus servicios de nutrirnos espiritualmente cada mañana…