¿Cómo hay que ser para entrar en el reino de los cielos?
“Les aseguro que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).
Marca la respuesta correcta
- Un niño.
- Un santo.
- Un adulto.
¿Crees que hay que ser adulto o santo para entrar en el reino de los cielos?
Sorprendentemente, Jesús no dijo nada de eso.
Jesús les dijo a los adultos y a los que creían ser santos que tenían que cambiar y volver a ser como cuando eran niños. ¿Por qué crees que Jesús dijo eso? ¿Son más guapos o más inteligentes los niños? Para contestar estas preguntas, tenemos que fijarnos en cómo son los niños.
Jesús admira ciertas características que tienen los niños como tú:
- Un niño siempre depende de sus padres, y se deja guiar siempre por ellos. Así quiere Jesús que los adultos dependan de su Padre celestial.
- Los niños olvidan pronto que les han regañado y no se creen superiores. Así quiere Jesús que los adultos perdonen a los demás y sean humildes.
- Los niños siempre obedecen a sus padres, aunque a veces se enfaden. De igual forma, Jesús quiere que los adultos sean dóciles y le obedezcan.
- Los niños se parecen a sus padres en la forma de ser y en el físico. Así desea Jesús que los adultos se parezcan a él y todos puedan reconocer que son sus hijos.
- A los niños no les gusta separarse de sus padres y cuando se van de viaje, están deseando que vuelvan a buscarlos. De igual forma, los adultos deben anhelar que Jesús vuelva a buscarlos para llevarlos con él a vivir en la Tierra Nueva.
¿Entiendes ahora por qué dijo Jesús que hay que ser como niños para entrar en el reino de los cielos?
Escribe en tu Diario de Oración cinco características que Jesús admira de los niños como tú.