Johnny Appleseed
“Y dijo Dios: Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales que den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla en él. Y fue así” (Génesis 1:11).
Hace casi 250 años nació un hombre muy especial: Johnny Chapman. Él nació en el hogar de una familia de pioneros del noreste de lo que hoy es los Estados Unidos. Cuando tenía 18 años, quiso salir a recorrer el mundo. Pronto conoció a un agricultor que cultivaba manzanas, y se hizo experto en el arte de hacerlas crecer. En realidad, a Johnny le gustaba no solo proteger las plantas, sino también todos los animales. Era un amante de la naturaleza.
Viajando de lugar a lugar llevaba semillas de manzana. Así, las plantaba con cuidado y esmero. Las dejaba al cuidado de algún vecino y luego de algunos años volvía y veía cómo iban creciendo. Esto le ganó su apodo: Johnny Appleseed, que significa “Johnny semilla de manzana”. ¡Cuántas habrá plantado para ganarse su nombre! En su propiedad dejó plantados nada menos que ¡15.000 árboles! Imagínate cuántos habrá dejado en todos sus viajes.
Algo interesante es que los manzanos demoran bastante en dar frutos: entre seis y diez años. Johnny plantó mucho más de lo que pudo ver crecer y disfrutar. Sin embargo, lo que quizá hubiera desalentado a cualquier otro, no desanimó a Johnny. Perseveró y, sin duda, gracias a él en gran parte de los Estados Unidos se encuentran tantos árboles de manzanas y tan añejos.
Las manzanas hoy se disfrutan en ricos postres y son una parte importante de la cocina tradicional norteamericana. Estoy segura de que Johnny se sentiría feliz de ver lo que su esfuerzo logró. Hoy hay parques, festivales, localidades, museos y escuelas llamadas “Johnny Appleseed” en honor al esfuerzo y a la generosidad de espíritu de Johnny Chapman.
Si alguna vez te preguntas si el esfuerzo vale la pena, acuérdate de Johnny “semilla de manzana”, quien no midió su propio cansancio en largas caminatas, ni el peso de sus semillas. Piensa en hacer el bien a los demás y persevera aun cuando otros se diviertan. Persevera cuando tengas un objetivo, y no pares hasta hacerlo realidad.
Con la ayuda de Dios, el triunfo en la vida puede ser tuyo si sueñas en grande, y trabajas para lograr lo que te propongas. Para Johnny fue dejar hermosos manzanos plantados para muchas generaciones venideras. ¿Qué harás con dedicación y perseverancia para honrar al Señor?
Cinthya