Sábado 22 de Octubre de 2022 | Matutina para Adolescentes | El Gran Chasco

Sábado 22 de Octubre de 2022 | Matutina para Adolescentes | El Gran Chasco

El Gran Chasco

“Entonces tomé el librito de la mano del ángel y lo comí. En miboca era dulce como la miel, pero cuando lo hube comidoamargó mi vientre” (Apocalipsis 10:10, RVR 95).

Era la primavera de 1844 y muchos habitantes de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, estaban entusiasmados. Guillermo Miller, un granjero local, estaba predicando que Jesús vendría pronto, y utilizaba la profecía bíblica para probarlo. Su mensaje era fascinante. Sus gráficos proféticos, llenos de bestias horribles sacadas del Antiguo Testamento, convencieron a gran número de los miles de personas que acudieron para escucharlo explicar la profecía de los 2.300 días de Daniel 8. El fin del mundo estaba cerca, decía Miller.

Según sus cálculos, la profecía señalaba el 22 de octubre de 1844. Ese día, el mundo terminaría en un juicio de fuego, y Jesús vendría a llevarse a sus hijos al cielo. Por supuesto, muchos miles de personas no le creyeron pero, aun así, el mensaje conmovió a Nueva Inglaterra. Las iglesias estaban celebrando reuniones campestres por toda la costa este, y Miller tenía más invitaciones de las que podía aceptar. La gente dejaba sus negocios para escucharlo y, a menudo, se celebraban reuniones de oración que duraban toda la noche.

Al final del verano, la excitación era tanta que la gente lloraba cuando escuchaba el mensaje de Miller.

¡Qué maravillosa esperanza aquella! Como en todas las épocas, ninguna familia estaba libre de la muerte.

Pero, cuando Jesús viniera, los muertos justos despertarían. Los ancianos, los lisiados y los débiles recibirían cuerpos nuevos y fuertes. Los salvados serían llevados al cielo, donde vivirían para siempre con Jesús y sus seres queridos.

Los creyentes dejaron sus cosechas en el campo ese otoño. ¿Qué sentido tenía recogerlas? A medida que se acercaba la fecha, la gente pasaba días enteros en reuniones de oración. La mañana del 22 de octubre, cientos de personas se reunieron en una colina detrás del granero de Miller para esperar al Salvador. Esperaron todo el día. Esperaron hasta la noche, y algunos incluso se quedaron hasta pasada la medianoche. Pero Jesús no vino. Fue una experiencia terriblemente decepcionante, y un trago amargo para los creyentes.

¿En qué se habían equivocado? ¿Qué les faltaba? Después de mucho estudio y oración, descubrieron su error. Habían malinterpretado las profecías de Daniel y de Apocalipsis. No predecían la venida de Cristo.

Más bien “la purificación del santuario” se refería a un juicio especial que comenzaría en el cielo. Fue una experiencia que cambió la vida de todos, pero Dios ayudó a su pueblo a superar la crisis. Hoy, Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, está en el Lugar Santísimo del Santuario celestial revisando las vidas de los vivos. Y cuando haya terminado, vendrá.

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