No está a la venta
“Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios. No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada” (Efesios 2:8, 9).
En Hechos 8:17 al 23, leemos: “Entonces Pedro y Juan les impusieron las manos, y así recibieron el Espíritu Santo. Simón, al ver que el Espíritu Santo venía cuando los apóstoles imponían las manos a la gente, les ofreció dinero, y les dijo: ‘Denme también a mí ese poder, para que aquel a quien yo le imponga las manos reciba igualmente el Espíritu Santo’. Entonces Pedro le contestó: ‘¡Que tu dinero se condene contigo, porque has pensado comprar con dinero lo que es un don de Dios! Tú no tienes ningún derecho a recibirlo, porque delante de Dios tu corazón no es recto. Abandona esta maldad tuya, y ruega a Dios, para ver si te perdona el haber pensado así. Porque veo que estás lleno de amargura y que la maldad te tiene preso’ ”.
No había nada de malo en el deseo de Simón de compartir el Espíritu Santo, pero creía que podía “comprar” el regalo de Dios. Simón estaba demostrando que todavía no tenía un buen entendimiento de Dios. ¡No hay absolutamente nada que puedas hacer para obtener el regalo de la salvación! Nadie puede hacer algo para salvarse. ¡Es solo por gracia que recibimos algo bueno e inmerecido de Dios!
Dar ofrendas, donar tiempo, ayudar a los pobres: todo esto es bueno, pero no puedes esperar ser salvo porque haces estas cosas. Debes hacer cosas buenas porque entiendes lo que Dios ha hecho por ti.
La idea de Simón era muy peligrosa, porque podía llevar a la gente a pensar que estaban haciendo lo suficiente para obtener la aprobación de Dios. Debido a que la salvación es un regalo, Dios quiere que sepamos que él ha pagado todo para que podamos tener nuestros pecados perdonados y una relación con él. Nunca olvides que el amor de Dios no está a la venta. Recibe este regalo de Dios hoy y sírvelo con todo tu corazón.