Matutina para Jóvenes | Martes 14 de Mayo de 2024 | El contratiempo no es una derrota

Matutina para Jóvenes | Martes 14 de Mayo de 2024 | El contratiempo no es una derrota

El contratiempo no es una derrota

«¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!» (Salmo 42: 5).

Habían ofrecido una beca para una universidad y la competencia era reñida. Dos jóvenes sobresalían. Finalmente se supo cuál de los dos había conseguido la beca. El agraciado y su familia estaban complacidos. Parecía muy promisorio. Desafortunadamente, ese joven brillante trabó malas amistades en la universidad, y su carácter se debilitó. No logró aprovechar su oportunidad y fracasó.

El otro joven, sumamente chasqueado, pasó por un período de desánimo. En su desesperación comenzó a leer las promesas de la Biblia y se convirtió. Entregó su corazón a Dios y prometió que haría cualquier cosa que el Señor le pidiera. Aunque tenía poco dinero, ingresó a un colegio cristiano, donde trabajó diligentemente. Completó sus estudios y se dedicó al ministerio. Luego llegó a ser un renombrado misionero. Si no se hubiera chasqueado, tal vez nunca se habría vuelto a Cristo, y habría seguido la misma senda que su compañero «exitoso».

Con frecuencia aprendemos las lecciones más valiosas en la escuela de la frustración. Deberíamos agradecer a Dios porque no siempre nos da tareas fáciles, pero nos proporciona fortaleza para que nos elevemos por encima de nuestras dificultades. «En todo tiempo, los elegidos del Señor fueron educados y disciplinados en la escuela de la prueba. Anduvieron en los senderos angostos de la tierra; fueron purificados en el horno de la aflicción» (El conflicto de los siglos, p. 707).

Abraham esperó veinticinco años por el hijo de la promesa. José vivió como esclavo por más de diez años antes de que pudiera comprender el plan de Dios para su vida. Moisés apacentó las ovejas de Jetro durante cuarenta años antes de ser el gran libertador de Israel. Y, David, luego de ser ungido rey, tuvo que esperar alrededor de una década para ser coronado.

¿Y tú? Puede que te hayas fijado grandes metas que no has podido alcanzar: una carrera universitaria, el trabajo de tus sueños o formar una familia. El contratiempo no es una derrota porque Dios no se ha olvidado de ti. Ora a Dios para que este tiempo de preparación te capacite para recibir todas las bendiciones que él te quiere dar.

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