Matutina para Mujeres | Martes 10 de Diciembre de 2024 | Tu gratitud honra a Dios

Matutina para Mujeres | Martes 10 de Diciembre de 2024 | Tu gratitud honra a Dios

Tu gratitud honra a Dios

“Solo un exceso es bueno: el exceso de gratitud”. Jean de la Bruyère

Un profesor de Psicología entró al aula el primer día del curso llevando una pila de papeles y pidió a sus alumnos que agarraran la cantidad que quisieran y escribieran razones por las cuales estaban agradecidos. A medida que fueran terminando, podían irse. Al día siguiente, leyó en alto lo que habían escrito dos alumnos: el que antes había terminado y el que había entregado el último (porque se había terminado la clase y el profesor le había pedido que lo entregara).

El primer papel contenía dos cosas: 1) agradezco por la salud (pero resulta que la chica era fumadora); 2) agradezco por estudiar en la universidad (pero resulta que no era buena estudiante). La falta de interés con que había hecho la prueba estaba en consonancia con la falta de coherencia en sus respuestas. Uno podía darse cuenta fácilmente de que aquella no era una persona agradecida de verdad, por más que hubiera escrito dos motivos de agradecimiento en un papel. Del segundo trabajo solo mencionaré el primer punto que escribió el joven: “Gracias por la persona que tuvo la inteligencia para crear el GPS; gracias porque la usó para beneficiarnos. Si no fuera por él, no hubiera llegado a tiempo a clase”. Ese joven vivía el agradecimiento en la práctica; es un ejemplo perfecto de qué es y qué no es ser una persona agradecida.

El agradecimiento es coherencia en mi manera de vivir. ¿Qué significa eso? Significa corresponderle a la vida aquello que valoramos tanto, si es que realmente lo valoramos. Si yo digo, por ejemplo, “gracias porque tengo salud”, ¿cómo voy a corresponder a esto? Cuidándola: haciendo ejercicio, alimentándome sano, bebiendo agua y acostándome temprano. Si reflexivamente valoro estar sana, llevo a la práctica esa actitud agradecida. ¿Agradezco a Dios por mi familia? Entones… ¿cómo voy a tratarlos mal? ¡Los trataré como algo valioso! Y ellos, al saberse valorados por mí, responderán en consonancia, y se irá generando una atmósfera especial por el hecho de que yo sea una persona agradecida que vive de manera coherente. Este es el efecto multiplicador del agradecimiento: al valorar y cuidar lo que tengo porque estoy agradecida a Dios por ello, recibo más bendición en todos los aspectos de mi vida: más salud, mejores relaciones sociales…, y más felicidad.

¿Cómo anda tu nivel de coherencia en este aspecto de tu vida? ¿Puedes decir de ti misma que eres una persona agradecida de verdad? ¿Vives agradecida a Dios? Entonces, lo estás honrando.

“El que me ofrece su gratitud, me honra” (Sal. 50:23).

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