Matutina para Jóvenes | Sábado 6 de diciembre de 2025 | El Dios de la «segunda vez»

Matutina para Jóvenes | Sábado 6 de diciembre de 2025 | El Dios de la «segunda vez»

Matutina para Jóvenes

«El Señor habló por segunda vez a Jonás: ‘Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive y entrega el mensaje que te he dado’ » (Jonás 3:1-2, NTV)

La oración con la que comienza el versículo de hoy es un excelente resumen de cómo es Dios: «El Señor habló por segunda vez a Jonás». ¿Por segunda vez? Si tú o yo fuésemos omnipotentes y omnisapientes de seguro no hablaríamos por segunda vez, pues al primer error cometido hubiésemos fulminado a Jonás. Pero eso no es lo que relata la Escritura.

Dios envió a Jonás a Nínive, pero él huyó a Tarsis. Enfrentó una terrible tormenta. Confesó su falta. Lo lanzaron al mar. Un pez enorme se lo tragó y pasó allí tres días y tres noches. Se arrepintió y Dios lo perdonó y lo rescató. Justo entonces «el Señor habló por segunda vez a Jonás». Sí, Dios es el Dios de la segunda vez. El Dios que insiste. El Dios que nos da una segunda oportunidad, una tercera, una cuarta…

Ahora bien, hay algo más profundo y significativo en este pasaje. Los seres humanos somos capaces de dar una segunda oportunidad, pero no siempre confiamos de la misma manera. Una vez nos han fallado, nada vuelve a ser igual. En cambio, Dios no es como nosotros. La primera vez Dios envió a Jonás a predicar a Nínive. ¿Y la segunda? ¿Le dio el Señor un mensaje más fácil de predicar? ¿Lo envió a una ciudad más pequeña para que practicara? ¿O lo envió a un pueblo menos cruel y más receptivo? No, no y no. Dios le dio una segunda oportunidad a Jonás para que cumpliera la misma misión.

Estoy seguro de que más de uno de mis lectores tuvo un mal año. Quizás estuviste en el fondo del mar, en el vientre del pez de la depresión, o del miedo o del fracaso. Pero hoy te digo: Dios quiere darte una segunda oportunidad, pero no para que persigas una meta más pequeña o sencilla, sino para que vuelvas a perseguir tus sueños más elevados. Para que hagas realidad el propósito de Dios para ti. El mismo Dios que le habló por segunda vez a Jonás, a Manasés y a Pedro, te dice hoy: «Te entrego una nueva oportunidad. ¡Levántate!».

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