¿Qué significa pródigo?
“Pocos días después el hijo menor vendió su parte de la propiedad, y con ese dinero se fue lejos, a otro país, donde todo lo derrochó llevando una vida desenfrenada” (Lucas 15:13).
Marca la respuesta correcta
- Derrochar o malgastar todo lo que se tiene.
- Volver a casa después de haberse independizado.
- Las dos respuestas anteriores son correctas.
¿Conoces la parábola del hijo pródigo?
Se encuentra en el Evangelio de Lucas 15:11 al 32. Esta parábola cuenta la historia de un padre que tenía dos hijos. El mayor era muy trabajador, pero el menor no quería trabajar. Quería irse de su casa y viajar para conocer el mundo. Un día le pidió a su padre su parte de la herencia. El padre se puso triste y trató de convencerlo para que no se fuera. Como no lo logró, le dio el dinero que le correspondía de la herencia y le dejó marcharse.
Al principio le fue muy bien, pues tenía dinero y encontró nuevos amigos con los que compartirlo en fiestas, comidas y bebidas. Se divirtió mucho durante un tiempo, pero cuando se acabó el dinero que le había dado su padre comenzaron los problemas. Los amigos ya no querían estar con él y no tenía dinero ni para comer. De modo que tuvo que ponerse a trabajar y el único trabajo que encontró fue cuidar cerdos por muy poco dinero.
Un día tenía tanta hambre y se sentía tan miserable que decidió volver a su casa. Sentía mucha vergüenza por haber malgastado toda su herencia y pensó que lo mejor era pedirle perdón a su padre y trabajar como uno de sus jornaleros en el campo. Ya no le parecía tan mal el trabajo en la casa de su padre. Pero temía que su padre lo regañara y lo echara de casa, pues se había portado como un mal hijo y había malgastado su herencia.
¿Sabes cómo lo recibió su padre? ¡Con los brazos abiertos! Desde el día que se marchó, su padre lo esperaba en el camino cada día. Y ese día, cuando se reencontraron, fue el más feliz de sus vidas.
Jesús contó esta parábola para mostrar cuánto nos ama nuestro Padre celestial, no importa lo mal que te hayas portado, él siempre te está esperando porque te ama. Haz un dibujo de esta parábola en tu Diario de Oración.