Mientras duermes Jesús te cuida
“En paz me acostaré y así también dormiré, porque solo tú, Señor, me haces vivir seguro” (Salmo 4:8).
Estábamos viviendo en Filipinas, y nuestro hijo estaba regresando a Chile solo, para comenzar sus estudios universitarios. El viaje era largo ya que debía atravesar la mitad del mundo. En uno de los tramos de su viaje, tuvo un atraso en un vuelo que afectaba el siguiente vuelo, con riesgo de perder el avión. La línea aérea no quería hacerse cargo de esto y allí comenzó el problema. Cuando supimos esto con mi esposo, justo antes de que nuestro hijo embarcara su avión, empezamos a orar y comenzaron las llamadas para tratar de solucionar las cosas. Pasamos la noche sin dormir, frente a la computadora, intentando arreglar la situación.
Después de muchas llamadas, y de casi doce horas de angustia, cambiaron su siguiente vuelo. Cuando mi hijo aterrizó todo estaba solucionado, solo tomó sus maletas y se cambió de avión con toda calma y paz. Después nosotros le preguntamos a nuestro hijo qué hizo en el viaje, y él nos contó que durmió, vio películas, descansó. Y yo me reí al escuchar su respuesta ya que nosotros habíamos estado toda la noche sin dormir, intentándolo todo por solucionar su problema.
Nuestro Padre celestial siempre está preocupado por ti, porque te ama inmensamente. Él se preocupa por tu vida, lo que estás viviendo en el colegio, en casa, con tus amigos. Él ve si estás sufriendo acoso, si estás angustiado porque hay muchas peleas en casa, si estás triste de cualquier forma. Y muchas veces, mientras tú duermes o solo haces tus cosas distraídamente, Dios y sus ángeles están haciendo todo lo posible ¡y lo imposible! por solucionar tus problemas.
Muchas veces ni siquiera sabemos todas las cosas que Dios y sus ángeles hacen por amor a nosotros. Lo impresionante de esto es que muchas personas son indiferentes e incluso desagradecidas para con Dios.
El ser reverentes ante Dios significa estar agradecidos por sus bondades, significa valorar su sacrificio de amor al morir en la cruz y valorar cada detalle que hace cada día porque nos ama, y su único interés es que seamos salvos y vivamos felices. ¡Gracias, Señor!
Nina
Yo dejo que Jesus resuelva mis problemas, porque el me dice sin mi nada podeis hacer. Amén?