“El Señor Todopoderoso está con nosotros”
“El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob” (Salmo 46:7, NVI).
Vivimos en una época paradójica. ¿Cómo es posible que hoy, cuando tenemos la mayor densidad poblacional de la historia de este pequeño planeta, es cuando más personas padecen de soledad? Vivimos rodeados de gente, pero nos sentimos solos. En el Reino Unido se llevó a cabo un estudio con más de cuatrocientas mil personas y salió a relucir que “las personas que viven en áreas urbanas densas, en particular aquellas que viven en apartamentos abarrotados, tienen más probabilidades de experimentar soledad y aislamiento”.⁶¹
Chris Webster y sus colegas de la Universidad de Hong Kong analizaron la información y concluyeron que el estudio sugiere “que la soledad no solo sigue prevaleciendo en las ciudades del siglo XXI, sino que es tan endémica que podemos detectar un patrón regular y medirlo”. En nuestro tiempo, la soledad no solo afecta en lo emocional y lo social, sino que impacta directamente nuestra salud física. De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicología, la soledad aumenta el riesgo de padecer el mal de Alzheimer, enfermedades cardiovasculares e inflamatorias, y es el principal factor predictor de riesgo de muerte.
Una de las razones por las que la soledad ha llegado a ser un elemento “endémico” de nuestra época, es porque hemos olvidado esta promesa divina: “Tú, Jacob, siervo mío, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo” (Jer. 46:28). Cuando Judá sentía que no podía enfrentar al rey de Asiria, se le aseguró: “Con él está el brazo de carne, pero con nosotros está Jehová, nuestro Dios, para ayudarnos y pelear nuestras batallas” (2 Crón. 32:8). Y el salmista agrega que “el Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob” (Sal. 46:7). A propósito de esto, Elena de White nos recuerda que “cualquiera que sea nuestra perplejidad, tenemos un buen Consejero; cualquiera que sea nuestro pesar, luto o soledad, tenemos un Amigo que simpatiza con nosotros. Si en nuestra ignorancia damos pasos equivocados, el Salvador no nos abandona. Jamás necesitamos sentir que estamos solos” (El ministerio de curación, p. 192).
Dios está a nuestro lado para ayudarnos a pelear nuestras batallas, incluyendo nuestra lucha contra la soledad y el aislamiento. La seguridad de la presencia divina nos dará los peldaños que necesitamos para salir de ese estado de soledad que nos ha enfermado el alma. Para nosotros lo endémico no es la soledad, sino la compañía divina.
61 Elle Hunt, “People living in dense UK cities are more likely to feel lonely”, New Scientist (2 de agosto de 2021).
