Jueves 06 de Abril de 2023 | Matutina para Adultos | “No los desampararé”

Diet Ema y Hein Sietsma

“No los desampararé”

“Los afligidos y necesitados buscan las aguas, pero no las encuentran […] Yo, Jehová, los oiré; yo, el Dios de Israel, no los desampararé” (Isaías 41:17).

Durante la ocupación nazi, Herman, un judío que vivía en Holanda, al ver que su vida corría peligro, pidió ayuda a Diet Eman. La señorita Eman habló con su novio, Hein Sietsma, y trazaron un plan para que cientos de judíos fueran escondidos en granjas de cristianos holandeses en Veluwe.

Diet Eman sabía que ayudar a un judío era tan peligroso como serlo; sin embargo, creía que la solidaridad es un imperativo cristiano. En 1944 Diet y su novio Hein fueron encarcelados por ayudar a judíos. Ella fue enviada al campo de concentración de Vught, en Holanda, y posteriormente fue liberada. Hein fue trasladado al campo de Dachau, en Alemania, donde murió en 1945. Ella nunca más lo volvió a ver. Antes de salir de Holanda, Hein escribió una carta a Diet y la tiró por la ventanilla del tren con la esperanza de que llegara a manos de su prometida. Alguien la encontró y se la entregó a Diet. En sus memorias, esta valiente heroína compartió el texto de la carta: “Cariño –le decía Hein–, aunque no volvamos a vernos, nunca hemos de lamentarnos por lo que hicimos, por la posición que tomamos”.⁶⁸

Las acciones de Diet Eman, de su novio y de otros creyentes de Holanda constituyen un noble ejemplo de empatía cristiana. Estamos llamados a ser “fortaleza para el pobre, fortaleza para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor” (Isa. 25:4). ¡Voltear la mirada ante el dolor ajeno no forma parte de nuestra identidad!

Solemos argumentar que Sodoma fue destruida por su inmoralidad, y es cierto; pero ¿fue esa la única razón? El profeta Ezequiel dice que la maldad de esa ciudad también radicó en su “indiferencia hacia el pobre y el indigente” (Eze. 16:49, NVI). Diet no quedó atrapada en la maldad de la indiferencia, arriesgó su vida por otros.

El texto de hoy declara que Dios prometió no desamparar al que necesita ayuda. Los judíos holandeses vieron el cumplimiento de esa promesa gracias a la obra de cristianos como Diet Eman. Hoy, puede que uno de nosotros sea el instrumento que el Señor usará para que su palabra se cumpla en la vida de un afligido y necesitado.

68 Diet Eman y James C. Schaap, Things We Couldn´t Say (Grand Rapids, Míchigan: William B. Eerdmans, 1994), p. 373.

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