Jueves 10 de Marzo de 2022 | Matutina para Menores | La teoría de las ventanas rotas

La teoría de las ventanas rotas

“Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría” (Efesios 5:15, DHH).

En 1969, el profesor Zimbardo, de la Universidad de Stanford, realizó un experimento interesante. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, de la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York, y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. El auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, la radio, etc. Se llevaron todo lo aprovechable, pero no lo destruyeron. En cambio, el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto. Sin embargo, el experimento no finalizó ahí.

Cuando el auto de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores le rompieron un vidrio. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo? Porque transmite una idea de irresponsabilidad y desinterés, y eso rompe códigos de convivencia, dando la idea de que “vale todo”. Si se rompe un vidrio de la ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. La teoría de las ventanas rotas fue aplicada pero a la inversa a mediados de la década de 1980 en el metro de Nueva York, que se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Borraron grafitis, restauraron pisos y paredes, y mantuvieron limpia la estación. ¡Los resultados fueron maravillosos! Poco a poco, el metro se convirtió en un lugar seguro.

¿Qué podemos aprender de este experimento? Que si todos somos responsables por mantener nuestro hogar, escuela, plazas y parques en buenas condiciones, incentivaremos en los demás el sentido de responsabilidad por el cuidado de los espacios comunes.

Por ello, no seas irresponsable, no tires basura en la vía pública, no escribas paredes ni bancos, no rompas nada, y si notas que alguien lo hace, colabora para limpiar y restaurar. ¡Pon en práctica el versículo de hoy!

Gabriela

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