Jueves 15 de Septiembre de 2022 | Matutina para Menores | El caballo perseverante

El caballo perseverante

“Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme” (Salmo 40:2, NVI).

¿Alguna vez te has sentido desanimado, como si estuvieras en un pozo sin salida? Esta historia muestra la perseverancia y paciencia de alguien que, a pesar de lo malo de su situación, logró salir del pozo.

Un hombre tenía una hacienda, con él trabajaban algunas personas y unos caballos que le ayudaban a mantenerla. Lamentablemente este hombre no tenía muchos recursos económicos. Cierto día llegó un capataz corriendo y le dijo que uno de sus caballos se había caído en un viejo pozo abandonado muy profundo, lo que haría muy difícil su rescate.

El hombre corrió al lugar del accidente para verificar que su caballo no estuviera lastimado. Luego evaluó la situación y se dio cuenta de que por ellos mismos no podrían sacar el caballo del pozo, y él no contaba con el dinero para que vinieran con maquinarias a intentar rescatarlo. Con mucha tristeza les dijo a sus trabajadores que la única opción era sacrificar al animal echándole tierra hasta que este quedara enterrado. Los hombres obedecieron y comenzaron a intentar cubrir al caballo con tierra. Lo interesante es que cuando ellos le tiraban tierra, este se la sacudía y la acumulaba al fondo del pozo.

De esta manera, los hombres se dieron cuenta de que el caballo no permitía que lo enterraran e iba subiendo poco a poco, hasta que llegó a la altura en la que pudo salir de allí.

Muchos niños se sienten poco valorados por su familia, sus compañeros, sus profesores o sus amigos por diferentes razones. Esto puede provocar sentimientos de tristeza, soledad y desánimo. Otros no solo se sienten desvalorizados, sino que además sufren de algún tipo de abuso de personas que pareciera que les están “tirando tierra para aplastarlos”, así como la historia de este caballo. En estos casos, lo que deberías hacer es sacudir la cabeza, intentar esquivar la “tierra” cuando caiga sobre el rostro y usar esa misma tierra para pararte sobre ella y salir adelante.

Esto requiere ser pacientes y perseverantes. Si alguna vez te sientes así, sin ganas de luchar por salir del pozo, ¡sigue batallando! No te desanimes. Lo más importante es recordar que Dios está a tu lado para librarte de todo mal. Él desea rescatarte, aunque pienses que el pozo es demasiado profundo. ¡Para Dios nada es imposible! No dejes de perseverar jamás, y él hará el resto.

Nina

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