Jueves 19 de Enero de 2023 | Matutina para Menores | Abram en Egipto

Jueves 19 de Enero de 2023 | Matutina para Menores | Abram en Egipto

Abram en Egipto

“Hubo una gran escasez de alimentos en toda aquella región, y Abram se fue a vivir a Egipto durante algún tiempo, pues no había nada de comer en el lugar donde vivía” (Génesis 12:10).

La mentira de Abram en Egipto en cuanto a su relación con Saraí fue la consecuencia de malas decisiones que tomó antes. ¿Qué lo llevó a mentir? De repente hubo una crisis de escasez de alimentos. Era el momento oportuno para buscar a Dios y esperar a que se manifestara, pero Abram no consultó a Dios, y se fue a Egipto.

Egipto no era el mejor lugar, ni para vacacionar ni para vivir. Abram y su gente resolvieron la necesidad de comida, pero mientras estuvieron en ese país dejaron de adorar a Dios, a diferencia de en los otros lugares por donde habían pasado. Los versículos 7 y 8 del mismo capítulo enfatizan que en cada lugar levantaban un altar y alababan a Dios. Era un hecho notorio, pues Abram tenía muchos siervos. Abram tuvo miedo de adorar a Dios públicamente en un país en donde los animales que tendría que sacrificar eran considerados dioses.

Por otra parte, ¿qué sentido tenía salir de Ur de los Caldeos, una zona idólatra, para ir a refugiarse a Egipto, otra zona también idólatra, pero con dioses diferentes? No tenía ningún sentido. Abram había sido llamado para algo sublime, su viaje era de fe e iba hacia la Tierra Prometida. Lamentablemente, por un momento solo pensó en las comodidades que Egipto ofrecía, y decidió quedarse a vivir ahí. Olvidó que mientras Dios no diera otra orden, él sería nómada y viviría en tiendas de campaña.

Ya en Egipto, temió las posibles consecuencias de adorar a Dios; en ese contexto, su mentira fue un simple acto de defensa personal. Él trataba de sobrevivir. El origen del problema nunca es la mentira; la mentira suele ser la consecuencia de decisiones inapropiadas que tomamos antes. Vivir en el mejor país del mundo, pero con miedo y sin adorar a Dios, no tenía sentido.

Confía siempre en Dios y consúltalo antes de decidir cualquier cosa. El resultado de confiar en Dios es vivir sin miedo y tomar buenas decisiones.

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