Jueves 28 de Julio de 2022 | Matutina para Menores | El cesto de duraznos

Jueves 28 de Julio de 2022 | Matutina para Menores | El cesto de duraznos

El cesto de duraznos

“El Señor mira desde los cielos; él ve a todos los hijos de los hombres” (Salmo 33:13).

Una tarde Carlos quería ir a jugar a la casa de su amigo, pero quiso sorprenderlo. Al llegar, vio que en la entrada antes de la puerta de su amigo había un cesto con unos duraznos grandes y muy apetitosos. A Carlos le encantaban las frutas, pero especialmente los duraznos; entonces pensó: “Aún no he tocado el timbre, mi amigo no sabe que yo tenía planes de venir a verlo; por lo tanto, puedo perfectamente tomar dos o todos los duraznos que entren en mis manos y salir rápidamente corriendo. Nadie se enterará”.

Estuvo mirando esos duraznos un buen rato y finalmente se dijo a sí mismo: “Pensándolo bien, si yo tomo estos duraznos sería un robo, y desde niño mis padres me han enseñado que es un pecado. Además, la Biblia dice que, aunque podamos engañar a los hombres, Dios lo ve todo”. Decidió irse, así que se dio la media vuelta, sin siquiera llamar a su amigo y se fue.

El abuelo de su amigo había observado toda la escena sin que Carlos se percatara. Entonces, antes de que Carlos se alejara más, lo llamó y le dijo:

–He visto tu lucha interior por querer tomar esos duraznos y quiero felicitarte por ganar esa batalla. ¡Venciste ante la tentación!, de modo que voy a premiarte. Puedes llevar todo el cesto de duraznos. Serán para ti.

–¿Todo el cesto? –preguntó Carlos, asombrado.

–¡Sí! Todo el cesto para que lo disfrutes con tu familia. Tenemos un huerto y hay muchos más duraznos que podremos cosechar para nosotros –respondió el abuelo.

Así fue como este niño fue a su casa con su cesto cargado de duraznos y su corazón rebosando de alegría, no solo porque amaba comer frutas, sino más bien por haber triunfado sin ceder a la tentación.

Muchos niños aparentan ser buenos, amables y honestos cuando los están mirando, pero al quedar solos son capaces de hacer muchas cosas incorrectas, y se engañan pensando que nadie los ve. Sin embargo, nuestro amado Padre celestial lo ve todo, lo bueno y lo malo, y se entristece al ver actitudes tan deshonestas como estas. Ellos son los que crecen engañando, copiando en los exámenes, mintiendo e intentando quedar bien a los ojos de los demás.

Sé honesto; que tus pensamientos y actos siempre agraden a Dios, sin importar si te están mirando o no.

Nina

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