Jesús el compasivo
«Salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos». Marcos 6: 34, RV95
Un muchacho sucio y harapiento se acercó un día a un orfanato en la ciudad de Londres y le suplicó al director que lo recibiera en aquella institución.
—Pero, muchacho, yo no sé quién eres. ¿Qué recomendación traes contigo? —le dijo el director.
En ese momento el muchacho le mostró sus pies descalzos y su ropa andrajosa y le dijo:
—Perdone usted, yo creía que no necesitaba más recomendación que esta.
Inmediatamente, el director lo recibió en el orfanato.
Con Jesús sucede lo mismo. No necesitamos recomendaciones para presentarle nuestras necesidades.
Nuestra naturaleza caída, nuestras debilidades, nuestros errores, nuestras caídas son nuestra recomendación. El Salvador del mundo no actúa motivado por nuestros méritos. No. Él actúa motivado por su compasión, y a pesar de que no tenemos méritos; no vino a salvarnos porque le pagaron, nos rescató pagando él con su sangre; no murió porque nos debía algo, murió porque nosotros estábamos endeudados al punto de no poder pagar nunca nuestra deuda con Dios.
Jesús tuvo compasión de la multitud, dice el versículo de hoy. Y ese mismo Jesús, que se compadeció de los necesitados, es el que hoy se compadece de un mundo que vive a la carrera, corriendo detrás de espejismos, preocupado por cosas que no tienen valor. Pero Jesús siente compasión de nosotros. Su corazón se enternece cuando nos ve sufrir; cuando nos ve llorar, él llora con nosotros. ¡Qué gran Salvador tenemos!
Ahora viene el desafío. ¿Cómo vamos a reaccionar, cómo vamos a responder ante tan grande misericordia? ¿Qué puedo yo hacer, qué puedes tú hacer, ante la gracia inmerecida de Dios? Muchos cristianos viven ofuscados tratando de «pagar» la misericordia de Dios, pero es un don que solo podemos aceptar.
Solo podemos agradecerle por su misericordia y entregarnos por completo a él.
Hoy empieza un nuevo día. Hoy sales a enfrentar la vida, con sus complicaciones y desafíos. Pero hoy también sales acompañado por ese Jesús que siente compasión por ti y por la gente que te rodea. Ese mismo @Jesús te dice hoy: «Déjate alcanzar por mi gracia. Acepta hoy la salvación gratuita que te ofrezco porque te amo y tengo misericordia de ti».
