Lunes 24 de Enero de 2022 | Matutina para Jóvenes | Un vaso de agua

Un vaso de agua 

«Cualquiera que les dé a ustedes aunque solo sea un vaso de agua por ser ustedes de Cristo, les aseguro que tendrá su premio». Marcos 9: 41

El pastor había llegado recientemente a aquella población donde trabajaría al frente de un nuevo distrito. Durante varios días recorrió las calles buscando una vivienda para mudarse, pero no obtuvo ningún resultado. Una calurosa tarde, después de otra infructuosa búsqueda aquel dirigente cristiano dio por terminada la tarea. Sacó su pañuelo para secarse el sudor de la frente y justo en ese momento vio a un caballero en la puerta de su vivienda, mirándolo fijamente.

Lo saludó respetuosamente y, como respuesta, el hombre le preguntó:

—¿Está buscando algo, cree que puedo ayudarlo?

El pastor le contó todo. Después de escucharlo atentamente, lo invitó a pasar y le ofreció un vaso de agua. Luego le hizo varias preguntas:

—¿Cuándo trae a su familia? ¿Cuántas personas son ustedes? ¿Cuál es la cantidad de dinero que puede pagar por el alquiler?

El pastor respondió todas las preguntas y al final, el caballero dijo:

—Durante mucho tiempo he querido construir un apartamento aquí en mi casa. Sería un honor tener un pastor viviendo con nosotros. Si me da un mes puedo construir la vivienda que necesita.

Justo un mes después aquel hombre entregó las llaves del apartamento a la familia pastoral, y el pastor pudo vivir allí cómodamente. Mucho tiempo después, el pastor se encontró en peligro. Mientras predicaba en una zona montañosa, grupos armados tomaron aquel pueblo. Cuando se acercó al comandante para pedirle que por favor no impidiera la reunión de la noche, fue retenido y obligado a quedarse con ellos para almorzar en compañía de las autoridades del pueblo y otras figuras importantes.

Mientras almorzaban, unas jóvenes combatientes trajeron a una compañera que sangraba abundantemente. Acostumbrado a servir, el pastor se levantó instintivamente a ayudar y cuando terminó, las damas le agradecieron y añadieron:

—Conocemos tu nombre, sabemos dónde vives, nos tocó hacerte un reconocimiento de inteligencia. Debe saber que eres como un ángel para el dueño del apartamento donde vives. Recibimos la orden de ponerle explosivos a esa casa, pero cuando te mudaste allí, desistimos de hacerle daño.

¡Ofrecer un vaso de agua al pastor le salvó la vida! Un vaso de agua es el servicio mínimo que podía brindársele a una persona. Puede parecer in significante, pero a la vista de Jesús la amabilidad es sumamente importante. @Dios te dice hoy que «a veces, las acciones más pequeñas pueden acarrearnos grandes bendiciones». ¿Estás dispuesto a ofrecer hoy al menos un vaso de agua a alguien que lo necesite?

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