Lunes 30 de Mayo de 2022 | Matutina para Adolescentes | Juana de Arco es martirizada

Juana de Arco es martirizada

“Echarán mano de ustedes y los perseguirán. Los entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y por causa de mi nombrelos llevarán ante reyes y gobernadores” (Lucas 21:12, NVI).

Juana de Arco era una adolescente de 16 años cuando afirmó que había recibido mensajes de Dios a través de visiones. Aunque era una campesina, estaba tan segura de sí misma que fue a ver al príncipe heredero de Francia y le dijo que tenía un mensaje para él. Los santos y los ángeles la habían visitado, declaró, y le habían dado mensajes sobre cómo el ejército francés podría ganar contra los ingleses en la Guerra de los Cien Años.

El príncipe Carlos no sabía si creerle o no pero, finalmente, le dio un pequeño ejército para que lo condujera a la batalla. Y sus predicciones se hicieron realidad. Aunque fue herida varias veces, luchó con valentía, negándose obstinadamente a retirarse con su ejército, y recuperó para los franceses muchas ciudades importantes.

Finalmente, fue capturada por los ingleses y, acusada de herejía, fue juzgada por un tribunal eclesiástico. En aquella época, se llamaba hereje a quien creía o enseñaba ideas religiosas diferentes de las que la iglesia gubernamental afirmaba que eran correctas.

A pesar de que la maltrataron, se mantuvo firme en su creencia de que Dios había hablado por medio de ella. Y su historia no termina bien. El 30 de mayo de 1431, Juana de Arco fue quemada en la hoguera porque la Iglesia de Inglaterra concluyó que era una hereje. Juana de Arco fue una increíble heroína de la historia medieval. Hoy en día, los psicólogos piensan que, probablemente, sufría de esquizofrenia, porque oía voces. Algunos teólogos sugieren que, simplemente, utilizó su experiencia religiosa para ganar fama. Una cosa es segura: Dios no envía los espíritus de los santos muertos para que nos visiten y nos den consejos. Los muertos están muertos, y no existen más.

Jesús también fue martirizado por ser considerado un hereje. Él también fue tratado mal y, finalmente, crucificado. Murió por ti y por mí y por todos los que lo aman, para que podamos vivir con él para siempre. ¿Por qué no lo aceptas hoy de nuevo como tu Salvador?

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