Martes 11 de Octubre de 2022 | Matutina para Mujeres | Liberar espacio

Liberar espacio

“Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo” (Efe. 4:31, 32, NTV).

Perdonar es liberar espacio en el corazón. Estoy atravesando una etapa de muchos cambios, incertidumbre y dolor. Un capítulo de mi vida se está cerrando abruptamente, sin que pueda evitarlo. En medio de esta crisis, siento que Dios me está llamando a soltar y a hacer lugar para lo nuevo. “¿Cómo puedo hacer espacio emocional para lo que vendrá?”, le pregunté a Dios hace unos días. Entonces, un mensaje comenzó a emerger, repitiéndose en los libros que leía, los videos que miraba y los mensajes de las redes sociales: perdonar es liberar espacio en el corazón.

Años atrás, volvíamos en automóvil, luego de pasar unas hermosas vacaciones en familia en la playa. Avanzando por la ruta, comenzamos a sentir un extraño olor; un olor imposible de ignorar, fétido y rancio. Luego de una pequeña investigación, descubrimos que la caracola que habíamos encontrado en la playa, y que habíamos traído como souvenir, no estaba tan inhabitada como creíamos. ¡Definitivamente había algo pudriéndose adentro! Inmediatamente, abrimos la ventanilla y la lanzamos fuera. Continuar un viaje de cerca de seis horas con ese hediondo aroma hubiese sido una tortura. Perdonar es similar a nuestra aventura en la ruta; no implica que no pongamos límites o que no reaccionemos ante situaciones injustas. Significa que no vamos a cargar con el rencor por el resto de nuestras vidas. No vamos a empacar una caracola podrida en la valija del alma. Perdonar, en la etapa en la que me encuentro, implica soltar los errores del pasado (míos y ajenos) y arrojarlos por la ventana para hacer espacio para algo nuevo y mejor.

En su libro Bittersweet [Agridulce], Shauna Niequist comenta que, luego de pelear las mismas peleas y repetir los mismos argumentos por varios meses, su marido y ella decidieron perdonarse. Durante un viaje de negocios a Indiana, ambos renunciaron a sus resentimientos, dieron vuelta la página, abrieron la ventana y lanzaron la hedionda caracola fuera. “La ausencia de todas las cosas que dejamos allí ha creado espacio para cosas nuevas, cosas buenas, nuevos patrones para construir, nuevos momentos de calidez y conexión”. Perdonar es liberar espacio en el corazón.

Señor, quiero liberar espacio en mi corazón para lo que vendrá. No quiero aferrarme al rencor, que trae ranciedad, victimismo y amargura. Hoy, por tu gracia, elijo perdonar.

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