Protección garantizada
“La columna de nube siempre iba delante de ellos durante el día, y la columna de fuego durante la noche” (Éxodo 13:22).
Cuando Israel emprendió el viaje a Canaán, Dios decidió que el pueblo tomara la ruta más larga. El pueblo no sabía la razón, pero debía obedecer. ¡Dios siempre nos indicará el mejor camino a seguir! Solamente Dios sabía que si tomaban la ruta corta, los filisteos serían una grave amenaza y, aunque Dios podía librarlos de ellos, el pueblo aún no estaba preparado para una guerra.
Durante todo el trayecto Israel estuvo perfectamente orientado. No necesitaba una brújula o un GPS para saber por dónde avanzar. No había forma de perderse en el desierto, y no requerían grandes señalamientos para llegar a su destino, pues Dios mismo los iba guiando. Además, aunque iban viajando por el árido desierto, eso no importaba, ya que Dios era una columna de nube que, además de guiarlos, los protegía del sol radiante. Con Jesús, el desierto era un sitio agradable y con una temperatura templada.
Durante la noche no pasaban frío ni estaban en tinieblas. La misma nube se convertía en una columna de fuego que les daba calor y los alumbraba. ¡Estaban perfectamente protegidos! No importa qué enfrentemos en el futuro: montañas, desiertos, valles, frío, calor; ya sea de día o de noche, podemos confiar que así como Dios guio a Israel, nos guiará a nosotros. Él será nuestra columna de nube y fuego para estar seguros en cualquier lugar y en cualquier situación. Ante esta bella realidad, no te preocupes por dónde estés, solo asegúrate que Dios siempre esté a tu lado.
Hoy también Dios nos conduce a través de la luz de su santa lámpara, la Biblia. Al leerla todos los días, podemos conocer qué es lo que él quiere para nosotros. Las promesas que encontramos en ella nos dan seguridad y evitan que seamos engañados por las ideas y los pensamientos que están tan de moda en el mundo y nos separan de Dios. Además, el Espíritu Santo es quien nos ayuda a adorar, obedecer y servir a Dios como él espera.
