Ejercita tu fe
«Como dice la Escritura: “Te he hecho padre de muchas naciones”. Este es el Dios en quien Abraham creyó, el Dios que da vida a los muertos y crea las cosas que aún no existen». Romanos 4: 17
Cuando una mujer queda embarazada, transcurre un lapso entre la implantación en el útero del óvulo fecundado y el momento del parto. Durante ese lapso ocurren los procesos fisiológicos del crecimiento y el desarrollo de la criatura en el interior del útero materno. En lo que tiene que ver con la fe, ocurre lo mismo. Yo lo he experimentado. Algo así como la gestación de un bebé. Hay un período en el que lo que anhelas o pides se desarrolla dentro de ti en la medida que oras hasta que Dios lo hace realidad.
Anteriormente hemos hablado de la fe y hemos visto que ella tiene mucho que ver con la seguridad con que esperamos que se cumpla lo que hemos pedido. Es decir que, si no estás seguro de lo que quieres, si no tienes una clara visión de lo que esperas, entonces estarás privando tu oración de ese elemento único que puede asegurarte una respuesta afirmativa de parte de Dios. Cuando vas a orar y quieres hacerlo con fe entonces debes comenzar teniendo una meta clara y bien definida.
Hay un ejemplo claro de esto en el texto de hoy que nos muestra que Dios usa este principio. Dios le dijo a Abraham: «Serás padre de muchas naciones» y, aunque él ya era viejo, le creyó al Señor. Y no solo le creyó, sino también organizó su vida en torno a la promesa que todavía no se había cumplido.
Apreciado joven y apreciada señorita que me lees, tú estás en la etapa de la vida donde tus decisiones de hoy tendrán un mayor impacto en tu futuro. No sé lo que estás pidiendo a Dios en oración, pero sí sé que Dios tiene grandes planes para ti y la fe te puede ayudar no solo a visualizar los grandes planes de Dios para ti, sino también te dará la capacidad de organizar tu vida para lo que Dios tiene preparado para ti.
El mensaje de @Dios para ti en este día proviene de la pluma de Elena G. de White: «Debemos ir con fe, creyendo que obtendremos exactamente las cosas que le pedimos» (En los lugares celestiales, p. 80).
Gracias por sus palabras hoy en día el joven necesita mucho de Dios y no sabe o no quiere buscarlo, es por eso que se tiran al desperdicio