Matutina para Adolescentes, jueves 10 de Junio de 2021

La vida de Siegfried Horn

“El Señor da libertad a los presos” (Sal. 146:7).

El 10 de mayo de 1940: Hitler invade los Países Bajos, generando una conmoción a nivel mundial. En la isla de Java, que para ese entonces se conocía como Indias Orientales Holandesas, las autoridades holandesas comenzaron a rodear a los alemanes y a otros ciudadanos de los países que formaban parte del Eje, entre quienes estaba el misionero Siegfried Horn. El único delito de Horn era estar en el país equivocado en el momento equivocado. Su esposa holandesa permaneció libre, pero Siegfried terminó en una especie de campo de detención.

Un día, las autoridades del campo anunciaron que los internos podían tener libros de sus propias bibliotecas, siempre y cuando no trataran temas políticos. Horn le escribió a su esposa, pidiéndole que le enviara setenta libros sobre arqueología, lenguas bíblicas y temas relacionados. Con la ayuda de uno de los amigos de Horn, que era jefe de la policía secreta colonial, ella logró que le aprobaran todos los libros. Poco después, llegaron los setenta libros de Horn. Las autoridades del campo retiraron posteriormente el permiso para que los prisioneros recibieran libros, pero Siegfried ya tenía los suyos.

Horn pasó seis años y medio muy difíciles en el campo de detención, pero usó los libros para estudiar, escribir y dar cursos a sus compañeros de prisión. A menudo se preguntaba por qué Dios no lo liberaba para poder servir nuevamente a la Iglesia. A menudo reclamó la promesa del Salmo 146:7. Pero no estaba perdiendo el tiempo, porque esos años lo prepararon para convertirse en un arqueólogo de fama mundial.

Después de la guerra, Horn llegó a los Estados Unidos, obtuvo un doctorado en Egiptología y enseñó Arqueología y Antiguo Testamento durante veintiséis años en un Seminario Teológico Adventista. También escribió cientos de artículos y varios libros (incluido el Diccionario bíblico adventista del séptimo día), editó un diario académico y fundó un museo de arqueología en la Universidad Andrews. Pero había algo más que deseaba hacer: una excavación arqueológica en Tierra Santa. A la edad de sesenta años, eligió lo que muchos creían que era la ubicación de la antigua Hesbón, en Jordania.

Hace varios años asistí a un seminario de arqueología en la Universidad Johns Hopkins. Allí escuché a William Dever, uno de los arqueólogos palestinos más importantes del mundo, hablar de lo que consideraba una de las mejores excavaciones arqueológicas jamás realizadas. Se trataba del Proyecto Hesbón/Planicie de Madaba, fundado por Horn.

GW

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