
La tolerancia
“De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes” (Colosenses 3:13).
La tolerancia nos insta a soportar y perdonar a aquellos con quienes podríamos tener diferencias o quejas. Poner en práctica la tolerancia refleja el amor y el perdón que Cristo nos ha mostrado. Efesios 4:2 suena a un ruego divino: “Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor” (DHH). Fíjate en estas ideas sobre la tolerancia:
Enfoque en la diversidad. Dios creó un mundo diverso lleno de personas de diferentes orígenes, culturas y perspectivas. La tolerancia implica valorar y respetar estas diferencias. Romanos 12:10 dice: “Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente”.
El poder del amor y del perdón. La tolerancia no es una aceptación pasiva, sino una expresión activa de amor y perdón. Encontramos esta idea en 1 Pedro 4:8: “Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre muchísimos pecados”.
La tolerancia va más allá de la mera aceptación; implica abrazar las diferencias con amor, perdón y respeto. Practicar la tolerancia es un reflejo del amor de Cristo y una forma de fomentar la unidad en un mundo diverso. Sigue el consejo divino y busca ser más tolerante cada día, ¡empezando hoy!
Oración: Ayúdame, Dios, a mostrar tolerancia a los demás, tratando las diferencias con amor y perdonando como tú me has perdonado.