
Llamados a servir
“Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).
Amanda, una joven de Chile, encontró su propósito en el servicio a los demás, una vocación que le ha dado satisfacción genuina y profunda. Se dio cuenta de que podía hacer una gran diferencia enseñando inglés a los niños de su comunidad, así que se puso en acción. Semana tras semana, dedicó tiempo a abrirles un mundo de oportunidades a través del idioma, y su espíritu de servicio se hizo conocido en toda la localidad. Su vida refleja alegría y un compromiso firme con su llamado a servir, algo que impacta de forma positiva en la vida de aquellos que están a su alrededor.
Marcos 10:45 nos recuerda el ejemplo de Jesús, quien vino a servir y no a ser servido. Este mensaje inspira a Amanda a buscar constantemente maneras de ayudar a otros con amor y humildad, poniendo las necesidades de otros antes que las suyas. La compasión y la empatia son fundamentales para un servicio efectivo. Al igual que Jesús, quien mostró compasión sanando a los enfermos, como se relata en Mateo 14:14, Amanda busca tener un impacto significativo en su comunidad ofreciendo apoyo y consuelo a quienes más lo necesitan.
Hechos 20:35 nos recuerda la alegría que surge del acto de dar: “Hay más dicha en dar que en recibir”. Amanda experimentó esta alegría y descubrió que, al servir con generosidad, las bendiciones y la satisfacción recibidas superan cualquier expectativa.
Al emular a Jesús, con un servicio desinteresado y una compasión genuina, Amanda no solo cumple con su misión cristiana, sino que también descubre las profundas recompensas y la alegría que nacen al ponerse al servicio de los demás.
Oración: Querido Dios, ayúdame a ser un fiel administrador de tu gracia y usar mis dones para tener un impacto positivo en quienes me rodean.