Matutina para Jóvenes | Domingo 14 de Abril de 2024 | La venganza del camionero

Matutina para Jóvenes | Domingo 14 de Abril de 2024 | La venganza del camionero

La venganza del camionero

«Queridos hermanos, no tomen venganza ustedes mismos, sino dejen que Dios sea quien castigue; porque la Escritura dice: “A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré, dice el Señor”» (Romanos 12: 19).

Cierta vez tres matones llegaron en grandes y ruidosas motocicletas a una cafetería frecuentada por camioneros en tránsito. En ese momento solo había un cliente, un camionero delgado y de baja estatura que se servía tranquilamente un plato de comida antes de continuar su viaje hacia algún destino lejano.

Cuando los tres fornidos matones entraron en la cafetería, vieron de inmediato al escuálido camionero, se dirigieron hacia donde estaba, le quitaron la comida y se burlaron de él. El camionero no dijo nada, solo se paró, pagó el consumo y salió tranquilamente.

Uno de los tres motoristas, descontento por no haber logrado provocar una pelea, comentó a la mesera:

—¿Viste eso? Aquel camionero no se portó como un hombre, ¿no te parece, linda?

—A decir verdad —comentó la mesera mirando por la ventana mientras el enorme camión salía de su estacionamiento—, tampoco se está portando como un buen chofer, ¡porque acaba de aplastar con su camión tres grandes motocicletas!

Dios no quiere que nos venguemos, por cuatro razones: (1) porque como seres humanos tenemos la tendencia a exagerar, a hacer pagar al ofensor mucho más de lo que es justo; (2) porque quiere que amemos a nuestro prójimo; (3) porque todos lo hemos ofendido muchas veces, y él jamás se ha vengado, por el contrario, envío a su Hijo para pagar por nuestras ofensas; (4) la venganza es un recurso que usa Satanás para provocar enemistad, daño y odio entre los hijos de Dios.

La venganza del ser humano es opuesta al plan de Dios. En cambio, Jesús nos pide: «Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan» (Lucas 6: 27, 28). Dios nos ha puesto en el mundo como pacificadores, como embajadores suyos encargados de promover sus intereses espirituales entre aquellos que todavía no se han decidido por Jesús como su Salvador.

¿Cargas con sentimientos de venganza? Ese peso extra no te permitirá avanzar hasta la Tierra Prometida. ¿No sería mejor perdonar al ofensor y dejar la venganza en las manos de Dios? Decide hoy ser libre los deseos de venganza y gozarás de la paz de Dios.

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