Matutina para Jóvenes | Domingo 18 de mayo de 2025 | ¿Para qué?

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Matutina para Jóvenes

«Moisés, siervo del Señor, murió allí, en la tierra de Moab, tal como el Señor había dicho» (Deut. 34:5, NTV)

Estoy seguro de que la mayoría habrá escuchado sobre el final de la vida de Moisés. Después de haber desobedecido al Señor, Dios le dijo a Moisés que no entraría a la tierra prometida (Núm. 20:12). Y aunque Moisés le rogó en reiteradas ocasiones al Señor que le permitiera entrar, él le contestó: «»¡Basta! No me

hables más de este asunto»» (Deut. 3:26). Así las cosas, Moisés subió al monte Nebo y allí murió «conforme al dicho del Señor». No obstante, la historia de Moisés no concluye ahí. Según se relata en Judas 9, Dios, en la persona del Arcángel Miguel, resucitó a Moisés. Este acto divino implicó una lucha contra el mismo Satanás.

¿Te puedes imaginar la confusión de Moisés al resucitar? ¿Por qué Dios le permitió morir tan solo para resucitarlo después? Dios hubiese podido llevarlo directamente al cielo como había hecho con Enoc (ver Gén.

5:24) o como haría unos siglos más tarde con Elías (2 Rey. 2:11). ¿No te resulta extraño?

Dios rechazó las peticiones de Moisés y permitió que muriera. ¿Y para qué? A veces, desde la perspectiva humana, parece que Dios permite que atravesemos dificultades y experimentemos el sufrimiento sin ninguna razón aparente. Pero el Dios que todo lo sabe tiene pensamientos y caminos que son más altos que los nuestros.

Aproximadamente quince siglos después de la muerte de Moisés, en otra montaña no muy lejana, Jesús se transfiguró frente a tres de sus discípulos. Lucas comenta que «aparecieron dos hombres conversando con él. Eran Moisés y Elías, que estaban rodeados de un resplandor glorioso y hablaban de la partida de Jesús de este mundo, que iba a tener lugar en Jerusalén» (Luc. 9:30-31).

Parece que, después de todo, Dios tenía un plan para el sufrimiento de Moisés. Dios sabía que Jesús vendría a la tierra y tendría que enfrentar la muerte. Sabía que este sacrificio estresaría a Jesús (ver Juan 12:27), así que preparó de antemano una persona que ya había enfrentado la muerte y había resucitado para que consolara a Jesús: ¡Moisés!

En 2 Corintios 1:4 Pablo dice que Dios nos consuela para que nosotros consolemos a otras personas. ¿Será acaso que mi sufrimiento hoy tiene la intención de prepararme para consolarte a ti mañana? La experiencia de Moisés sugiere que sí. Hoy tu experiencia puede ser el consuelo que alguien más necesita.

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