Comparte este devocional
Aprende a decir «no»
«Cuando digan “sí”, que sea sí; y cuando digan “no”, que sea no, para que Dios no los condene» (Santiago 5: 12).
¿Alguna vez has aceptado una invitación a una fiesta o alguna otra actividad a la que no querías asistir solo para evitar decepcionar a alguien? ¿O te han pedido un favor que no puedes o no quieres prestar, pero acabas haciéndolo por compromiso o por presión? ¿O te han ofrecido algo que va en contra de tus principios, que aceptas por miedo o por curiosidad?
Si tu respuesta a todas estas preguntas es «sí», entonces tienes un problema: no sabes decir «no». Y eso puede traerte graves consecuencias. Al decir «sí» cuando quieres decir «no» eres deshonesto contigo mismo y renuncias a tu libertad. Dejas que otros decidan por ti y pones en riesgo tu salud, tu seguridad y tu salvación. No se trata de ser egoísta, grosero o rebelde, sino de ser coherente contigo mismo, de saber lo que quieres y lo que no quieres, de saber poner límites saludables. Se trata de tener criterio propio, de defender tus derechos y de cuidar tu bienestar.
Pero quizá pienses: «¿Y si al decir “no” pierdo amigos, oportunidades o beneficios? ¿Y si al decir “no” me quedo solo, ofendo a alguien o causo un problema? Es cierto que decir «no» tiene su costo. Puede generar rechazo, críticas o sufrimiento. Pero también tiene sus beneficios. Te puedes ganar el respeto, la confianza y la admiración de los demás. Incluso puedes madurar como persona. Y, lo que es más importante, tiene una recompensa de parte de Dios. Porque al decir «no» al pecado y al mundo, estás diciendo «sí» a Jesús y a su reino. Estás diciendo «sí» a la vida abundante que solo él te puede dar.
Por eso te invito hoy a aprender a decir «no» con firmeza y con amor; sin miedo, sin culpa y sin dudar; a decir «no» todas las veces que sea necesario. Jesús dijo: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame» (Mateo 16: 24, RVC). Ese es el primer y más importante «no» que debes decir: negarte a ti mismo, decir «no» a tus deseos egoístas, a tus planes que van en contra de la voluntad de Dios. Aprende a decir «no» para poder decir «sí». Sí a Dios, a su voluntad y a su propósito para tu vida. ¿Estás dispuesto a hacerlo?
