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«Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor» (Fil.
3:7)
Los cangrejos son crustáceos decápodos caracterizados por tener cinco pares de patas y se encuentran entre las criaturas más icónicas del mar. Un tipo peculiar de cangrejo es el cangrejo ermitaño, que se distingue por llevar su hogar en su espalda: una concha vacía que encuentra en el fondo del océano. Esto se debe a que el abdomen del ermitaño es más blando que el de otros cangrejos. A medida que crece, el cangrejo debe buscar una concha más grande para habitar, abandonando la anterior.
Esta peculiaridad del cangrejo ermitaño ilustra cómo nosotros, como parte de nuestro crecimiento natural como personas y como cristianos, debemos aprender a soltar las cargas y preocupaciones del pasado y buscar «una nueva concha». A menudo llevamos a lo largo de la vida el peso inútil de nuestros errores y pecados pasados, así como nuestros fracasos y miedos, como si fueran una concha vacía que ya no nos pertenece. Sin embargo, Dios, a través de su gracia, nos invita a liberarnos de esas cargas y a aferrarnos a él mediante la fe (ver Efe. 2:8).
Las Escrituras nos instan a dejar atrás el pasado y mirar hacia adelante con esperanza. En Filipenses 3:13, el apóstol Pablo nos anima diciendo: «Lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante». En el caso de Pablo, su «concha vieja» consistía en su orgullo judío, su circuncisión, su afiliación política al partido fariseo, su cumplimiento irreprochable de la ley (ver Fil. 3:4-6). Pero cuando Pablo conoció a Cristo, se dio cuenta de lo pequeña que era esa concha y tomó la decisión de abandonarla para siempre y aferrarse a Cristo.
Así como el cangrejo ermitaño no puede avanzar si se aferra a una concha pequeña, nosotros no podemos alcanzar la plenitud en Cristo si nos aferramos a nuestro pasado, independientemente de si ha sido bueno o malo.
¿Qué forma tiene la concha a la que quizás te estás aferrando? ¿Es una concha religiosa como la de Pablo?
¿O quizás representa pecados ocultos y errores que nadie más conoce? Cualquiera que sea tu respuesta hoy puedes desprenderte del pasado y abrazar el futuro que Dios tiene para ti. Encontrarás en él todo lo que necesitas.