«Aunque ustedes antes vivían en tinieblas, ahora viven en la luz. Esa luz debe notarse en su conducta como hijos de Dios» (Efe. 5:8)
El mundo te dice: «Sigue tu corazón»; Dios dice: «El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?» (Jer. 17:9, NTV).
El mundo te dice: «Sé feliz»; Dios te dice: «Sé santo» (Lev. 20:7).
El mundo te dice: «Tú eres suficiente»; Dios dice: «Sin mí no pueden ustedes hacer nada» (Juan 15:5). El mundo te dice: «Valórate»; Dios dice: «Humíllate» (1 Ped. 5:6).
El mundo te dice: «Cada uno escoge el camino que prefiere para su vida»; Dios dice: «Hay caminos que
parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte» (Prov. 14:12).
El mundo te dice: «Dios te ama tal y como eres. No necesitas cambiar»; Dios dice: «Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios» (Juan 3:3), «si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame» (Mar. 8:34).
El mundo te dice: «Véngate de tus enemigos»; Dios dice: «Ama a tus enemigos y ora por los que te persiguen» (Mat. 5:44).
El mundo te dice: «Todos somos hijos de Dios»; Dios dice: «A quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios» (Juan 1:12).
El mundo te invita a decir: «Es mi cuerpo, yo hago con él lo que quiero»; Dios dice: «¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo» (1 Cor.
6:19-20).
El mundo te dice: «Todos los caminos conducen a Dios»; Jesús dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre» (Juan 14:6).
El mundo te dice: «Haz»; Dios dice: «Hecho está» (Juan 19:30).
Dos voces. Dos formas de ver la vida. Dos caminos. ¿Cuál escogerás?