El remolcador de un carrito de juguete
«Entonces Sansón clamó al Señor, y le dijo: “Te ruego, Señor, que te acuerdes de mí tan sólo una vez más, y que me des fuerzas para cobrarles a los filisteos mis dos ojos de una vez por todas”» (Jueces 16: 28).
Un gigantesco remolcador avanzaba por una carretera, arrastrando consigo a un diminuto auto de juguete cargado con dos ladrillos. Era evidente que alguien con sentido del humor había imaginado lo ridículo que sería ver esa imponente máquina remolcando un pequeño auto para niños.
Sin embargo, ¿no resulta igual de absurdo observar a personas capaces gastando sus vidas en actividades insignificantes, inútiles y hasta perjudiciales, asumiendo responsabilidades muy por debajo de su potencial?
Sansón fue un notable ejemplo de esto. Poseía una fuerza física impresionante, una mente aguda, una personalidad magnética y ocupaba un puesto prominente. Sin embargo, ¿en qué utilizó todas estas ventajas? Destrozó a un león, planteó un enigma en una fiesta de bodas filisteas y asesinó a treinta hombres para saldar sus deudas de juego. Preparó trescientas zorras con teas encendidas y las liberó en los campos filisteos. En un arrebato homicida, acabó con la vida de mil hombres utilizando la quijada de un asno. Se llevó las puertas de una ciudad, se involucró con mujeres de reputación dudosa y, finalmente, provocó el derrumbe de un edificio, sepultándose a sí mismo junto con sus enemigos.
Pensemos qué gran juez podría haber sido Sansón si hubiera usado su gran fuerza y capacidad en propósito verdaderamente nobles. Imaginemos el nivel al que podría haber elevado a Israel. En lugar de ser objeto de desprecio por parte de sus enemigos, habría ganado su respeto. En vez de encontrar una muerte deshonrosa como prisionero ciego, podría haber vivido como un líder sabio y poderoso, guiando a su nación.
Sansón tomó malas decisiones y empleó su fuerza a cosas sin importancia. Pasó por la vida como un remolcador de un carrito para niños.
¿Qué distracciones te impiden aprovechar al máximo tu potencial y cumplir tu propósito divino? ¿Qué cambios necesitas hacer en tu vida para dejar de arrastrar un carrito de juguete y empezar a remolcar algo que valga la pena?
Que el ejemplo de Sansón nos inspire a no desperdiciar nuestros dones y oportunidades, sino a usarlos con sabiduría y fidelidad para honrar a Dios y bendecir a nuestro prójimo.