Matutina para Jóvenes | Viernes 25 de Abril de 2025 | Olas monstruosas

Matutina para Jóvenes | Viernes 25 de Abril de 2025 | Olas monstruosas

Olas monstruosas

“El Señor, en las alturas, se muestra poderoso; más poderoso que el estruendo de las muchas aguas” (Sal. 93:4, NBV)

Las olas monstruosas constituyen uno de los fenómenos marinos más temidos y menos comprendidos. Los marineros de la antigüedad les temían tanto como a los monstruos de las profundidades y a los grandes tiburones blancos, ya que surgían de manera impredecible y se alzaban a alturas superiores a los veinte metros.

A pesar de los numerosos relatos, los científicos negaban la existencia de tales olas, ya que los modelos matemáticos indicaban que las olas que superaban los quince metros de altura eran eventos tan raros que solo ocurrirían aproximadamente una vez cada diez mil años. Pero el 1 de enero de 1995 los relatos de marineros quedaron confirmados cuando una ola gigante embistió la plataforma petrolera Draupner en el mar del Norte. Aunque la ola solo infligió daños menores a la plataforma, causó pánico entre los trabajadores. Desde entonces, nadie duda de la existencia de las olas monstruosas, aunque todavía no se sabe qué las causa.

Como son impredecibles y muy dañinas, las olas monstruosas se asemejan a los diversos tipos de desafíos que los seres humanos enfrentamos a lo largo de nuestras vidas. Aunque muchos de nuestros sinsabores son el resultado de nuestras malas decisiones, algunas desgracias surgen sin razón aparente y amenazan con destruir o dañar severamente todo lo que apreciamos. En la Biblia a menudo encontramos personajes que se vieron amenazados por olas tanto literales como figuradas, y en algunos casos, como Pablo en Hechos 27:13-42 o Jonás en el primer capítulo de su libro, por ambas a la vez. Pero la misma Biblia presenta otro fenómeno curioso en relación con las olas: ¡A Dios no le afectan!

El mar Rojo no fue un obstáculo para Dios en ocasión del Éxodo. David escribió en Salmos 29:3 que “la voz del Señor resuena sobre el mar” y que “¡el Señor está sobre el mar inmenso!”. En el Nuevo Testamento vemos a un Jesús que camina sobre el mar embravecido (Juan 6:19), que no le teme a las olas más monstruosas (Mar. 4:37-38) y que promete que en la tierra nueva el mar ya no existirá más (Apoc. 21:1).

La mejor forma de enfrentar las olas de la vida consiste en invitar a nuestra vida a Aquel es que más poderoso que el mar, que camina sobre las olas y que tiene el poder de calmar las tempestades: Jesús de Nazaret.

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