Tócame
“Tan solo con que llegue a tocar su capa, quedaré sana” Marcos 5:28.
La Biblia cuenta la historia de una mujer que llevaba 12 años enferma. Ningún médico podía ayudarla, y cuando oyó hablar de Jesús y de que había estado curando a enfermos, creyó que quizá él podría curarla. Cuando Jesús por fin llegó a su pueblo, ella no pudo hablar con él, había demasiada gente a su alrededor para que pudiera acercarse. Pero se abrió paso entre la multitud, y consiguió tocar el borde de su capa. En ese instante, fue curada. ¡Imagínate una fe así! Solo hay que acercarse y tocar. Es más fácil decirlo que hacerlo, y a veces actuamos más como mi nieto Tommy.
Tommy solo tiene dos años y medio. En su acuario favorito hay muchos tanques donde los visitantes pueden meter la mano y tocar un animal. Pero Tommy sigue teniendo un poco de miedo.
Mientras estamos junto al tanque de los tiburones, pasan nadando varios peces y mantarrayas, y algunas incluso se nos acercan. En el tanque en el que está permitido tocar a los animales, hay tiburones cebra jóvenes, tiburones bambú de bandas marrones y tiburones bambú de manchas blancas. Los científicos del acuario saben que son seguros, pero eso no siempre convence a Tommy. Tommy mete la mano en el agua hasta que se le acercan un tiburón o una mantarraya, y entonces la saca rápidamente. Tommy tiene miedo de confiar, miedo de tocar.
Cuando por fin se anime a tocar, Tommy aprenderá los distintos tipos de piel que tienen los tiburones y las mantarrayas. La piel lisa de las mantarrayas se siente como la de las setas mojadas, y la de los tiburones se siente áspera como el papel de lija.
Es fácil tener miedo de las cosas que no conocemos. A veces, de hecho, es bueno tener miedo, porque algunas cosas son peligrosas. Tener miedo puede evitar que te hagan daño. Pero no hay razón para temer acercarse a Jesús. Pronto estarás en la Tierra Nueva con él y entonces podrás abrazarlo y sentarte en su regazo, y él te dirá cuánto te ama. Nunca más tendrás miedo.
Dee