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El importante trabajo de Duque
“Este es el mensaje que ustedes han oído desde el principio: que nos amemos unos a otros”. 1 Juan 3:11.
Juan siempre quiso un perro. La mamá le explicó un montón de veces que una mascota exige cuidados y responsabilidad. Juan era ahora un niño más grande y había llegado el momento de cuidar a un perrito.
¡Y ese no era un perro cualquiera! Duque sería un perro-guía; por eso, aun siendo un cachorro, sería preparado para guiar a personas con discapacidad visual. Juan y su mamá formaban parte del proyecto “Familia acogedora», que cuidaba a ese tipo de perros. Siendo un perro-guía en formación. Duque acompañaba a la familia a todas partes, para acostumbrarse a ellos. Un equipo de veterinarios y adiestradores buscaban al entusiasta labrador para los entrenamientos y cuidados periódicos.
Juan amaba a Duque. Cuando el perro no estaba con su chaleco de perro-guía, rodaban en el pasto de la placita cerca de la casa.
Pero ahora había llegado el día cuando Duque recibiría su chaleco definitivo de perro-guía y se iría a la casa de otra familia. Juan estaba triste… Abrazó fuerte a su amigo canino. Ver llegar a Murilo, conducido por sus padres, fue emocionante. Murilo sonreía al tocar el pelo suave de Duque. Él tenía solo siete años, y era un niño con discapacidad visual.
-¡Muchas gracias! -dijo Murilo, al sentir que Juan también acariciaba al perro.
¡Juan ahora estaba feliz! Sostuvo la mano de Murilo y respondió:
-¡Le encanta rodar en el pasto! ¡Te va a gustar mucho!
MI ORACIÓN: SEÑOR, AYÚDAME A ACOGER A LAS PERSONAS CON MUCHO AMOR Y A PENSAR TAMBIÉN EN LAS NECESIDADES DE IOS DEMÁS Y NO SOLO EN LAS MÍAS
CONTENCIÓN: RECIBIR A ALGUIEN; DEMOSTRAR HOSPITALIDAD, CARIÑO Y CUIDADO. UNA FORMA DE AMOR.