El tramposo perro de Cari
“Para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir” Filipenses 3:14.
Una amiga de Cari tiene un perro llamado Sansón. Es el perro más peludo que he conocido y es muy divertido. Sansón también es muy inteligente y sabe hacer todo tipo de trucos, pero el que más le gusta a Cari se llama “la golosina equilibradora”.
Para este truco, la dueña de Sansón lo hace sentarse y le pone un hueso de leche en la nariz. El perro se queda quieto con la golosina en la nariz hasta que ella dice: “Vale, Sansón”. Entonces lo lanza al aire con la nariz y lo atrapa en la boca. En ese momento, su ama le dice: “Buen trabajo, Sansón”, y le da una palmadita en el lomo mientras le da otra golosina.
Cari lo intentó con su propio perrito, pero no consiguió que mantuviera la cabeza lo bastante quieta como para ponerle el hueso en la nariz. ¿Qué sabe Sansón que el perro de Cari no sabe? Sabe que, si obedece, no solo se comerá el hueso de leche que tiene en la nariz, sino que también recibirá otra recompensa. El perro de Cari no puede esperar, así que termina comiendo solo un hueso.
Esto me recuerda a la vida aquí en el planeta Tierra. A veces, la vida es muy divertida y parece fácil. Pero otras veces la vida puede ser difícil. Por ejemplo, cuando la gente está enferma, cuando un amigo se enoja contigo o cuando tienes que hacer un montón de tareas antes de jugar.
Una de las mejores cosas de ser amigo de Jesús es saber que algún día todo lo que tenemos que hacer valdrá la pena. Jesús tiene una recompensa esperándonos. No se me ocurre mejor recompensa que una vida en el Cielo, ¿y a ti? Yo no puedo esperar a oír a Jesús decir: “Buen trabajo”.
Julie
