Falsos profetas
“Balaam respondió al ángel del Señor: ‘He pecado, pues no sabía que tú estabas allí, cerrándome el camino. Si te parece mal que yo vaya, regresaré’ ” (Números 22:34).
Balaam se arrepintió de palabra, pero no de acciones. Su supuesto arrepentimiento fue como el falso arrepentimiento que muchas veces demostró el Faraón egipcio. En realidad, en su corazón tenía el deseo de ganancias materiales, sin importar qué tuviera que hacer para conseguirlas. Estaba gobernado por la codicia, y eso era lo único que lo motivaba. Por eso, a lo largo de la Biblia llegó a conocerse como un falso profeta. Un falso profeta dice hablar de parte de Dios y así engaña a sus seguidores. Cambia las enseñanzas de la Biblia. Los falsos profetas modernos existen y están dispuestos a confundir a las personas con tal de obtener riquezas.
El Nuevo Testamento menciona tres veces a Balaam. En primer lugar, 2 Pedro 2:15 dice: “Andan perdidos, porque se han desviado del camino recto. Siguen el ejemplo del profeta Balaam, hijo de Bosor, que quiso ganar dinero haciendo el mal”. Luego, en Judas 1:11 leemos: “Por ganar dinero se han desviado, como Balaam”.
Ya que la estrategia de maldecir a Israel no resultó, fue el mismo Balaam quien le sugirió a Balac cómo podían lograr que Israel fracasara: cuando las personas se separaran de Dios. Entonces, algunas moabitas visitaron el campamento de Israel para proponerles celebrar cultos paganos a sus dioses. Esos cultos incluían inmoralidad y comer alimentos ofrecidos a sus dioses. En consecuencia, 24.000 israelitas no pudieron entrar en Canaán, pues murieron ahí mismo (Núm. 25:1-3, 9). Apocalipsis 2:14 recuerda este triste incidente y menciona a Balaam como el responsable: “Tienes algunos que no quieren apartarse de la enseñanza de Balaam, el cual aconsejó a Balac que hiciera pecar a los israelitas incitándolos a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos y a la prostitución”.
¿Cuánto le habrá pagado Balac? Seguro que mucho. Pero él no lo disfrutó, pues pocos capítulos después Balaam murió en una batalla contra Israel. “Mataron a […] los cinco reyes madianitas, y también a Balaam, hijo de Beor” (Núm. 31:8). ¿Te parece que le ayudó a Balaam tener esas riquezas?