De Pastor a oveja
“Mi siervo tendrá éxito, será levantado y puesto muy alto” (Isaías 52:13).
Jesús fue puesto muy alto cuando su cuerpo pendió de la cruz en el Monte Calvario; fue puesto muy alto cuando resucitó y ascendió al Cielo para ocupar su posición en el trono celestial; es puesto muy alto cuando hoy lo predicamos y las personas rinden su vida a él.
El profeta Isaías destaca el asombro de muchos al ver el rostro de Jesucristo desfigurado por haber padecido severos castigos físicos. Pero la razón primordial por la cual los reyes de la tierra se asombraron fue por comprender que Jesús padeció para ocupar el lugar que les correspondía (vers. 14, 15).
“No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente”, dice Isaías 53:2. Físicamente, Jesús no tenía nada atrayente; y cuando afirmó que todos debían volverse como niños para entrar a su reino, que debían servir a los demás, y que por aceptarlo muchos experimentarían rechazo, entonces no les pareció atractivo su ofrecimiento de seguirlo.
“Todos nosotros nos perdimos como ovejas” (vers. 6). En la época en que el profeta escribió estas palabras, la oveja moría en lugar de la persona, pero hoy entendemos que el divino Pastor vino a morir por las ovejas. Las ovejas eran las más ingenuas de los animales, comían lo que encontraban, tropezaban muchas veces en el mismo sitio y sucumbían fácilmente ante el ataque de cualquier animal. Por lo tanto, representan muy bien a los seres humanos.
“Él se quedó callado, sin abrir la boca” (vers. 7). El juicio de Jesús fue el más injusto de la historia. Las autoridades pagaron a personas para que actuaran como falsos testigos, pero Jesús no dijo nada para defenderse. Sin embargo, cuando habló durante su ministerio, no “hubo engaño en su boca” (vers. 9). En ese contexto, Jesús, “cuando lo insultaban, no contestaba con insultos; cuando lo hacían sufrir, no amenazaba” (1 Ped. 2:23).
Hoy puedes asombrarte del sacrificio de Jesús pues, a pesar de tus errores, sin importar cuántos sean y cómo sean, al creer que Jesús ocupó tu lugar, eres libre de condenación y heredero de la vida eterna. ¿Crees en esto?