Trabajar el interior
“Mil palabras no dejan la misma impresión que una acción”. Henrik Ibsen
Una imagen vale más que mil palabras. “Ver” una acción transmite más que “oír” un sermón. Por eso Santiago dice: “Te mostraré mi fe con mis hechos” (2:18). La gente nos observa para ver si reflejamos a Dios. Y si existe algo que permite ver el carácter de Dios en nosotras es un estilo de vida con las cualidades de Gálatas 5:22-23: “Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio”. Son el fruto del Espíritu porque son la esencia del carácter divino; solo Dios puede producir en ti tal manera de ser.
El amor. “Lo que cuenta es una fe activa por medio del amor” (Gál. 5:6). Pero lejos de Dios, que es amor (1 Juan 4:8), nuestro corazón tiende a los deseos de la carne, y eso se ve.
La alegría. “Pido a Dios”, dice Pablo, “que los llene completamente de alegría, […] porque confían en él” (Rom. 15:13). La alegría deriva de la confianza en Dios, que nos permite sufrir sin perder la esperanza. Esto, a la gente, no le pasa desapercibido.
La paz. Dios es “el Dios de paz” (Rom. 15:33). “Enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones” (Gál. 5:20, RVR95) derivan de otra fuente. “Busquemos todo lo que conduce a la paz” (Rom. 14:19), porque da un testimonio contundente.
La paciencia. “El Señor es paciente” (Sal. 103:8), por eso nos exhorta a tener paciencia, soportándonos unos a otros (Efe. 4:2) así como las realidades de la vida (Col. 1:11).
La amabilidad. “Si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes que son espirituales deben ayudarlo a corregirse. Pero háganlo amablemente” (Gál. 6:1). Ese acto ablandará corazones endurecidos.
La bondad. “El Señor es bueno” (Sal. 34:8); quienes decidan imitarlo “serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos” (Luc. 6:35). Esos desagradecidos y malos quedarán impactados por tal bondad y querrán saber su origen, para ir personalmente a él.
La fidelidad. “Lo que a un administrador se le pide es que sea fiel”, dijo Jesús (1 Cor. 4:2). Porque Dios es fiel, nosotras podemos serlo también. Y créeme, fidelidad no sobra en este mundo; es una imagen elocuente.
La humildad. “Soy humilde”, dice Jesús (Mat. 11:29). Nuestra humildad lo reflejará a él porque, por naturaleza, somos egoístas.
El dominio propio, que es la muestra más clara de que trabajamos nuestro interior.
“Contra tales cosas no hay ley” (Gál. 5:23).
Gracias por enviar por adelantado el devocional, me gustaría si fuese posible lo compartieran unos 5 dias por adelantado para enviarlo con anticipación. a mis grupos. SALUDOS!!