Vivir más y mejor
“Los mejores doctores del mundo son el Dr. Alegría y el Dr. Tranquilidad”. Jonathan Swift
Psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, llevaron a cabo una investigación muy reveladora. Las personas objeto de estudio fueron monjas. ¿Por qué monjas? Porque todas ellas tienen un estilo de vida muy similar en cuestión de alimentación, rutinas, preocupaciones y dificultades. Como parte del estudio se analizó un escrito que 180 de esas monjas habían hecho en 1930, a solicitud de la madre superiora. Se trataba de una reseña biográfica en la que debían expresar las razones por las que habían entrado al convento. Todas dieron rienda suelta a sus emociones en ese escrito y, tras un exhaustivo análisis, los investigadores descubrieron que había una relación directa entre la longevidad de aquellas mujeres y la transmisión de palabras y emociones positivas.
Las monjas que habían usado más palabras positivas y optimistas vivieron una media de siete a nueve años más que las que transmitían emociones en su mayoría negativas o poco entusiastas. Por ejemplo, una de las mujeres más longevas había escrito: “Dios dio inicio a mi vida entregándome la gracia, que es de inestimable valor para mí. El año pasado, mientras era candidata para ingresar en esta institución, fui muy feliz, y ahora espero con gran gozo recibir los hábitos para iniciar una vida de unión con Dios”.125
Los investigadores concluyeron que la alegría, el optimismo, el gozo y la expresión de ese tipo de emociones por medio de palabras, tienen un claro efecto sobre la longevidad: alargan la vida. Básicamente, lo que vinieron a descubrir es que, como dice la Biblia, “nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva” (Ecl. 3:12, NVI).
“Buen remedio es el corazón alegre, pero el ánimo triste resta energías” (Prov. 17:22), y también resta años a la vida. Por eso, decidamos ser intencionales al respecto: elijamos el optimismo vital; elijamos expresar, en palabras y hechos, una visión gozosa de la vida. El impacto se sentirá no solo en nosotras, sino a nuestro alrededor.
Encuentra el gozo en tu día a día, aunque tengas retos, problemas y dificultades. ¿Cómo se logra? Martin Seligman nos lo dice: “La gente que tiene propósitos más grandes que su propia vida son más felices, a pesar de los problemas”. ¿Qué te parece el propósito de honrar a Dios con tu optimismo vital?
“Nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva” (Ecl. 3:12, NVI).
125 https://www.apa.org/pubs/journals/releases/psp805804.pdf, pág. 806 [consultado en marzo de 2022].