Intentar destruir la Palabra de Dios
Y no tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras. Jeremías 36:24.
Tenía yo doce años de edad cuando encontré entre las ramas de un árbol un libro negro muy usado y subrayado. Nunca había visto una Biblia. La leía con temor, pues como mi madre me impedía leerla, yo tenía que esperar a que ella se durmiera, y leía hasta altas horas de la noche. Un día, aquella Biblia se perdió, pero meses más tarde la encontré debajo de un colchón. Aquella manera de actuar de mi madre respecto a leer la Biblia me recuerda a la experiencia de la que nos habla Jeremías 36.
Jeremías pidió a Baruc, el escriba, que le sirviera de secretario y portavoz. Los escribas eran muy estimados, porque la mayoría del pueblo no sabía leer ni escribir. Jeremías dictó a Baruc el último mensaje de advertencia a Judá. Dios conservaba una tenue esperanza de que se arrepintieran al oír hablar de la destrucción que venía sobre ellos (ver Jeremías 36:3).
Baruc llevó el rollo con los mensajes proféticos y lo leyó en el templo, donde estaba congregado el pueblo observando un ayuno proclamado a causa de la crisis nacional que había generado la invasión babilónica. Babilonia ya había destruido varias ciudades y se acercaba a Jerusalén. El rey Joacim envió a buscar a Baruc para que les leyera el rollo a él y a los jefes de su gobierno que estaban con él. Cuando escuchó las palabras de amonestación, le arrebató el rollo a Baruc, lo cortó y lo echó en el brasero. El fuego podía destruir un rollo, pero no la Palabra de Dios. Como mi madre y como el rey Joacim, hoy en día muchos procuran eliminar la Palabra de Dios, ya sea con críticas, señalando “errores” o evitando leerla. Dios había enviado una amonestación para el bien de su pueblo, pero hubo quien prefirió ignorar la Palabra de Dios.
El rey ordenó que apresaran a Baruc y a Jeremías (vers. 26), pero el fuego no impidió el mensaje, Jeremías dictó otro rollo (vers. 32). Mi madre finalmente aceptó la Biblia como la Palabra sagrada e indestructible de Dios; porque “para siempre oh, Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Sal. 119:89).
Memoriza porciones de la Biblia; nadie podrá eliminarla de tu mente.
Dios es Todopoderoso y dice que su palabra no pasará será para siempre etarna como el , gracias por el mensaje Dios les bendiga