Tratar a los demás con respeto
“Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”. Jean Jacques Rousseau
Hablábamos ayer de la dignidad, que es algo con lo que cada una de nosotras nacemos, porque Dios nos la ha concedido por creación y por redención. Otra cosa es que los demás sepan verlo y entenderlo de esa manera, y tratarnos en función de la dignidad que tenemos. Ese es un escalón más elevado en la escalera de las relaciones humanas; se llama respeto.
El respeto se aprende y se desarrolla, hasta que llegamos a valorar debidamente a todos por la dignidad que tienen. Y como primera lección para aprender respeto, me parecen excelentes los diez pasos recomendados por la Dra. Donna Hicks.172 Son diez consejos prácticos para tratar a los demás de tal manera que puedan sentir que los respetamos porque valoramos su dignidad.
- Acepta la identidad de cada quien. Acércate a cada persona sin considerarla inferior ni superior a ti; sencillamente es tu igual.
- Sé inclusiva. Ayuda a otros a sentir que pertenecen.
- Piensa en la seguridad. Condúcete de tal manera que la gente se sienta física y psicológicamente segura cuando están contigo.
- Presta atención. Haz sentir a quien está contigo que le estás prestando tu atención indivisa.
- Expresa palabras de reconocimiento. Valora los talentos, el buen trabajo o la ayuda que otro te ofrezca. Hazle ver que te das cuenta de la cantidad de pensamiento y esfuerzo que ha puesto en una acción.
- Sé justa. Trata a todos de forma justa, aunque unos te puedan caer mejor que otros.
- Concédeles el beneficio de la duda. Si sucede algo que hace sospechar de los motivos, trata a esa persona como digna de tu confianza. Si vas a pensar algo, que sea lo bueno. El tiempo y la intervención de Dios pondrán todo en su sitio.
- Sé comprensiva. Haz sentir al otro que lo que piensa, importa.
- Anima a los demás a ser autónomos e independientes.
- Admite tus errores. Hazte responsable de tus hechos y de sus consecuencias.
Dirigiéndose a los maestros, Elena de White escribió: “Deben tener aquella verdadera cortesía cristiana que gana la confianza y el respeto” (Consejos para los maestros, p. 60). También se aplica a ti y a mí porque, en el sentido amplio de la palabra, somos maestras de la vida.
“Con justicia juzgarás a tu prójimo” (Lev. 19:15, RVR95).
172 Donna Hicks, Dignity: Its Essential Role in Resolving Conflict (Yale University Press, 2011).
