Matutina para Mujeres | Miércoles 26 de Febrero de 2025 | La madre del hombre más fuerte

Matutina para Mujeres | Miércoles 26 de Febrero de 2025 | La madre del hombre más fuerte

La madre del hombre más fuerte

“Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él” (Proverbios 22:6, RVC).

Arrobada entre sus pensamientos, lamentaba la desdicha de ser considerada por sus vecinas y su familia como castigada del Señor. De pronto, delante de ella apareció un hombre que la llenó de temor. Abrió los ojos bien grandes y solo atinó a oír las palabras de aquel varón, que causaron perplejidad en su mente, y, por otra parte, temor porque en aquellos tiempos las mujeres no tenían permitido hablar con hombres desconocidos.

Esta mujer, quien llevaba la esterilidad a cuestas como la mayor calamidad, ahora recibía la visita del mismo Dios, no solo para decirle que tendría un hijo, sino para darle instrucciones sobre el cuidado de ella y la educación del niño, porque no sería un niño más sino que sería apartado, elegido, un nazareo para Dios.

¿Cuántos anhelamos que Dios nos hable tangiblemente y nos instruya con respecto a lo que debemos hacer? El milagro de la concepción se cumplió y ella siguió con precisión las indicaciones divinas. Al adelantarnos en la historia descubrimos que ese hijo prometido tenía la misión de libertar a Israel de los filisteos y que, al usar su libre albedrío, desvío los planes que Dios tenía para él. Fuerte físicamente, pero débil espiritualmente.

Cierto día, unos padres me preguntaron: “¿Qué hicimos mal? Llevamos a nuestro hijo a la iglesia, a los departamentos infantiles y a los clubes, pero cuando creció ya no quiso ir a la iglesia”. No tuve respuesta para ellos, pero esa pregunta sigue resonando en mi cabeza al saber que hay muchos padres que, aun siguiendo las instrucciones divinas en la educación de sus hijos, tienen hijos que decidieron desviarse del camino.

El texto de hoy afirma que, si se instruye a un niño en el buen camino, aun si se desvía cuando sea grande, sabrá cómo regresar. Sansón volvió al camino y el Señor le devolvió la fuerza. De esta manera, le demostraba su aceptación y perdón.

No dejes de orar por tus hijos. No hay oración de una madre ante el trono celestial que quede sin respuesta. Ora para que tus hijos sean los más fuertes en esta guerra espiritual. La buena noticia es que, aunque no podamos oírlo físicamente, el Espíritu Santo sigue dando hoy instrucciones a los padres por medio de la Santa Biblia. Dios quiere que tus hijos sean los más fuertes y sepan resistir las tentaciones.

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