Más grande que la más grande de nuestras preocupaciones
“La mejor arma contra el estrés es la habilidad para elegir un pensamiento sobre el otro”. William James
Hace un tiempo, la empresa Ketchum Inc., que realiza investigaciones y genera estadísticas relacionadas, entre otras cosas, con la salud, llevó a cabo una encuesta a mil adultos entre veinticinco y cincuenta y cuatro años de edad. En esa encuesta estaba la pregunta: ¿Qué es lo que piensa usted mientras se está tomando una ducha, bien sea por la mañana antes de salir de casa o por la noche antes de irse a la cama? Estas fueron las tres respuestas más comunes: “Pienso en mi lista de tareas pendientes”. “Pienso en los problemas y las preocupaciones”. “Pienso en el trabajo”.194
Si esto es lo que la mayoría pensamos cuando estamos en esos momentos tan importantes como el inicio o el fin de la jornada, no me extraña que, tan a menudo, nos falte la paz. Todos estos pensamientos relacionados con tareas, problemas, preocupaciones y trabajo nos generan estrés, el cual, continuado en el tiempo, es fatal para nuestra salud. Hemos de sustituir esos pensamientos recurrentes por otros de naturaleza distinta.
Decía el psicólogo y educador estadounidense William James que “la mejor arma contra el estrés es la habilidad para elegir un pensamiento sobre el otro”. Hoy te propongo que, bien sea que te estés preparando para iniciar la jornada o terminando el día y a punto de irte a la cama, cambies todo pensamiento automático asociado con tus trabajos y preocupaciones por este pasaje de la Biblia: “No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo” (Fil. 4:6, 7, TLA).
Liberémonos de la preocupación que nos abruma por medio de una constante vida de oración a Dios y agradecimiento confiado porque él ve, oye y actúa para nuestro bien espiritual y eterno. Dios es más grande que la más grande de nuestras preocupaciones. El resultado de confiar en él con una actitud de oración y acción de gracias es una paz interior y exterior que nos protege en toda circunstancia.
“No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos” (Fil. 4:6, TLA).
194 Anne Carey y Sam Ward, “Snapshots: What Do You Think About in the Shower?”, USA Today, 6 de mayo de 2009.