Matutina para Mujeres | Sábado 15 de Marzo de 2025 | Lo que hizo revivir a Marcelina

Matutina para Mujeres | Sábado 15 de Marzo de 2025 | Lo que hizo revivir a Marcelina

Lo que hizo revivir a Marcelina

“Nos llenamos de risa y cantamos de alegría. Y las otras naciones dijeron: ‘Cuántas maravillas ha hecho el Señor por ellos’ ” (Salmos 126:2).

Desde hace dos años que solo llora y llora, para caminar arrastra los pies y si fuera por ella no se levantaría de la cama. Como un pabilo que se apaga lentamente, se terminaba la vida de Marcelina. Con apenas 20 años, su frescura y su belleza se habían visto marchitadas desde aquel aciago día cuando un hombre la tomó sexualmente por la fuerza. No habla, no se ríe, y si responde, tan solo musita un “sí”, “no”. Los médicos le diagnosticaron depresión y aquello la llevó, una vez, a querer terminar con su vida.

La madre de Marcelina había comenzado a asistir a un grupo pequeño en casa de doña Alberta y notaba con claridad que, cuando se cantaban los himnos, había un brillo especial en la mirada de su hija. Una noche, al regresar a casa, Marcelina por fin abrió los labios para tararear el himno: “A Cristo doy mi canto, él salva el alma mía, me libra del quebranto y con amor me guía”. Su madre, llena de emoción por aquel suceso milagroso dejó caer unas lágrimas. Sí, su hija estaba cantando, había música en su alma, lo cual quería decir que el gozo estaba encontrando un espacio en su abatido corazón.

Doña Alberta no era una gran predicadora ni sabía dar estudios bíblicos. Tampoco podía cantar, pero tenía bien claro que, en el cuerpo de Cristo, cada uno debe cumplir con su función. Por este motivo, ella abría las puertas de su casa y cada miércoles organizaba, con ayuda de los hermanos, el grupo pequeño. Cierto día, doña Alberta pidió a la madre de Marcelina permiso para tener la reunión en su casa, a lo que ella accedió gustosa. Una noche el pastor dijo:

–Jesús está en esta casa. Si ustedes le dan la bienvenida, no habrá más tristeza porque él es la alegría.

De pronto, el silencio reverente fue interrumpido por una voz firme que dijo:

—¡Yo quiero!

Era Marcelina y estaba lista para gozar de la nueva vida que Jesús le ofrecía.23

Indudablemente, el canto es un arma poderosa para revivir nuestra vida espiritual, como lo fue en el caso de Marcelina. La buena noticia es que, por muy profundas y arraigadas que estén tus heridas y por muy oscura que te parezca la vida, los mensajes amorosos de Jesús pueden derribar esas barreras de tristeza con hermosas melodías. Canta hoy “Grandes cosas Cristo ha hecho ya por mí”.

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