Matutina para Mujeres | Viernes 16 de mayo de 2025 | Un resultado a tu favor, muy pronto

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Matutina para Mujeres

«¿Acaso no creen que Dios hará justicia a su pueblo escogido que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su respuesta?» (Lucas 18:7).

Se presentó aquella mañana sin aviso previo y, tras haber rogado y discutido con la guardia, logró llegar hasta el juez.

–Hágame justicia, por favor. Mis hijos y yo hemos quedado solos, haga que me paguen lo justo.

–Tu caso no es muy claro y yo no puedo ayudarte. Sal de aquí y no molestes más –respondió aquel hombre sin sentimientos.

Pasados unos días, la mujer volvió al juzgado tratando de camuflar su rostro y, con éxito, estuvo de nuevo en la presencia del juez.

–¿Otra vez tú? Ya te había dicho que no volvieras, no puedo hacer nada por ti.

–Pero, señor –interrumpió la mujer–, ¿no puede tener un poco de compasión por mí?

Con lágrimas en los ojos, salió nuevamente de aquel lugar al que volvió una y otra vez hasta que un día, el juez, cansado del asunto, decidió hacerle justicia.

El propósito de la parábola de la viuda y el juez injusto es muy claro: la necesidad de orar continuamente y no desistir. Con frecuencia solemos pedir en oración por un motivo específico y luego lo dejamos porque creemos que no hubo respuesta. Volvemos a nuestras labores de la vida diaria chasqueados por pensar que Dios no está escuchando nuestras súplicas. Aquella mujer viuda somos tú y yo, que constantemente estamos pidiendo por nuestra familia, por los problemas que nos aquejan, por la salud, por el trabajo, por los hijos, por un buen esposo, por un milagro. Nuestra fe se alimenta de la espera que se produce cuando somos capaces

de orar sin obtener una pronta respuesta. La viuda de la parábola nos enseña dos cosas. Primero, que la perseverancia siempre dará frutos favorables pues nuestro Dios no es un juez injusto. Segundo, que la clave radica en orar día y noche, sin desmayar.

La respuesta a las preguntas del texto de hoy la encontramos en el verso siguiente: «Les digo, ¡él pronto les hará justicia!». ¿No es acaso una noticia maravillosa para hoy? Cual sea el asunto que estés presentando delante del Señor, ten por seguro que pronto te hará justicia. Confía.

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